Por Ramón Jiménez
Quien diría que Juan Rafael García Flores, un muchaho sonriente, extrovertido, muy amigable, lleno de vida y muy “buena onda” como dicen los adolescents de hoy, repentinamente se fue para siempre hace un año con apenas 17 años.
El mundo de las redes sociales, en particular Facebook y anteriormente hi5, perdieron a uno de sus más fervientes seguidores, que generaba mucho tráfico a través de sus numerosos mensajes con cientos de amigos.
Aunque su rostro todavía se puede ver en un mural que con su imagen mantienen la familia y amigos, sus mensajes se extrañan.
La inesperada muerte de Juan, Juanito o Panito —como le conocían en círculos muy cercanos— ocurrió la madrugada del 11 de junio de 2011, después de sufrir una descarga eléctrica accidental en casa de su familia, ubicada al suroeste de la ciudad de San Miguel, en el oriente salvadoreño.
Amigos y amigas que compartieron sus mejores momentos de estudiantes, aún recuerdan sus “travesuras”, pero también lo recordaron durante la graduación de educación secundaria en el Liceo San Miguel a finales de 2011, que llevó su nombre como homenaje póstumo.
“Con mucho orgullo, el Liceo San Miguel presenta a la sociedad salvadoreña su promoción de bachilleres generales 2011; en acto solemne se ha realizado su graduación y especial nominación en memoria del estudiante Juan Rafael García Flores de grata recordación…”, señalaron las autoridades de ese centro educativo el día de la graduación, donde el gran ausente fue Juan.
Amigos cercanos como Jonathan Chávez, Alex Molina, Elías Cueva, Pakito Rivera, entre una gran lista, todavía lo recuerdan como alguien muy especial.
“Juan era muy conocido y querido por todos en el colegio”, recordó Jonathan, quien fue su compañero de colegio.
Y en verdad que muchos lo recuerdan y algunos, en especial su familia, todavía lloran su partida sin regreso.
Este 11 de junio la familia doliente de Juan Rafael García Flores realizó una visita a la tumba de su «hijo, hermano y amigo» en el Cementerio El Edén, al norte de la ciudad de San Miguel.
Ese mismo día por la tarde la familia también realizó una misa en conmemoración del primer aniversario, que tuvo lugar en la Iglesia San Pablo.
«Juancito no está presente en cuerpo, pero sí en alma con todos nosotros», dijeron los familiares a través de un mensaje.
