Por Teresa Gurza
Porque la mayoría de los hombres nunca se fijan en los pies, es uno de los consejos que una experta da a mujeres que buscan envejecer con dignidad.
Margaret Manning fundadora del sitio Sixty and me, dirigido a mujeres de más de 60 años, dedicó este febrero su columna publicada en «The Huffington Post», y reproducida a mediados de marzo la edición virtual de El Mercurio de Chile, a dar recomendaciones para afrontar la vejez de mejor manera, a fin de evitar depresiones y frustraciones.
Partiendo de que la vida pasa muy rápido y que muchas mujeres tienen miedo a ser viejas, la editora pensó que los consejos de las que ya pasaron los 60, podrían ayudar a las demás a desarrollar una perspectiva más equilibrada sobre el envejecimiento, el estilo de vida, la actitud, la belleza, la confianza en sí mismas, y las relaciones.
A lo mejor esos consejos pueden parecer superfluos, ante las cosas que están pasando en México y en el mundo.
Sin embargo, a veces cansa denunciar inútilmente los abusos y abusitos de los abusones que hay en todos los partidos.
Y escribir y leer acerca de cómo se echan la bolita los funcionarios y empresas responsables de la línea doce del Metro, las tonteras de los políticos mexicanos, los manoteos y jalones de los diputados para dirimir leyes, los moches panistas y priístas, o la insensatez de que un país con tantas carencias como el nuestro, destine más de 30 millones de pesos a la disputa por la dirigencia del PAN; pleito que en resumen es, por el control de la lana que reciben por prerrogativas.
Y como tal vez los consejos aunque sean simples y parezcan obvios pudieran llegar a beneficiar a algunas mujeres, me referiré hoy a ellos.
El primero es recordar siempre, que la clave para un buen envejecimiento es vivir el presente y disfrutar el momento, sin preocuparse demasiado por cómo serán las etapas siguientes; a las que, además, podría no llegarse.
Fundamental es convencerse que no vivimos un ensayo general de nuestra vida, sino la única vida que vamos a vivir; por lo que es más sabio y saludable disfrutar los años por los que vamos pasando, que temerlos; y ver el lado bueno de cada experiencia vital, disfrutar de la naturaleza, olvidar los enojos, compartir con amigos, confiar en los propios instintos, ser amable con uno misma, aprender a reírse y a sonreír y sobre todo, a perdonar.
Y para lograrlo, lo principal es pensar en el aquí y el ahora; y vivir cada día plenamente, porque la vida puede cambiar en un instante y como nadie es perfecto, es inútil buscar la perfección.
Tratar en lo posible de ser autosuficientes; nunca dejar de aprender y mostrar agradecimiento por cada día, aunque haya sido un mal día.
Indispensable para envejecer de forma positiva, es evitar que el miedo sea el motor o guía; y olvidar los estereotipos que tiene la sociedad sobre el envejecimiento femenino, porque la edad es solo un número, que no nos define.
Aceptar los cambios que cuerpo y rostro van experimentando y que ni cien cirugías plásticas podrán disimular; guardar los recuerdos sin ser demasiado dura con los errores; y pensar que muchas batallas se simplifican con la edad, porque generalmente se tiene menos responsabilidad y más libertad y la naturaleza va preparándonos para cada fase de la vida.
Los consejos de las sesentonas consultadas por Manning, incluyen vivir sencillamente, leer, hacer ejercicio y en lo posible viajar aunque sea cerca, gozar los pequeños placeres de cada día, evitar complicar las cosas, no temer a las arrugas y cuidarse la piel con el mejor remedio: sonriendo con frecuencia.
Valorar la familia pero no obsesionarse con marido, hijos, o nietos ni tratar de ser esposas, madres o abuelas sacrificadas, impecables y siempre presentes.
Y apapachar a la pareja, familiares y amigos, diciéndoles que se les quiere, cuando aún hay tiempo para que lo oigan.
Pero ante todo, no perder tiempo agobiándose con una vejez; que sólo llegará, a las afortunadas que viven más.