Foto: cortesía Democracy Now!
En Canadá, multitudes de manifestantes encabezaron el lunes varias sentadas en las oficinas de miembros del Parlamento en la ciudad de Montreal y en al menos una docena de ciudades más para exigir un alto el fuego inmediato en la Franja de Gaza.
Maya Menezes: “Más de 20 protestas en oficinas [de legisladores] se sumaron a las nuestras en todo el país, de costa a costa. [Aquellos quienes que se sumaron] son personas no afiliadas a ninguna organización, personas que simplemente representan a la gran mayoría de los canadienses, que quieren que nuestro Gobierno tome medidas contra un genocidio que se está transmitiendo en vivo. Queremos que se ponga fin al asedio en Gaza y queremos que los miembros de nuestro Parlamento federal tomen medidas al respecto con la misma firmeza con la que claramente exigen sus votantes”.
Mientras tanto, en la ciudad de Toronto, más de 100 trabajadores se manifestaron frente a la planta de producción y sede mundial de la empresa de seguridad y defensa INKAS, que produce armamento que se exporta a Israel. Los manifestantes exigen que Canadá ponga fin al comercio de armas con Israel, que, según dicen, se utilizan para la limpieza étnica del pueblo palestino.
Muchedumbre antisemita irrumpe en un aeropuerto ruso en busca de pasajeros israelíes
En la región rusa del Cáucaso Norte, una muchedumbre violenta conformada por cientos de hombres jóvenes irrumpió el domingo por la noche en la pista de aterrizaje de un aeropuerto de Daguestán para aparentemente buscar pasajeros judíos en un vuelo que procedía de Israel. La policía dice que arrestó a 60 de los alborotadores.

El fundador de Telegram dijo que, tras el ataque, la plataforma de redes sociales había cerrado las cuentas de quienes dirigían a la muchedumbre violenta. Por su parte, el gobernador de Daguestán condenó el ataque y escribió en Telegram: “¡No hay honor en insultar a desconocidos y registrar sus bolsillos en busca de sus pasaportes!”.
El lunes, el presidente ruso, Vladimir Putin, culpó de los disturbios a los servicios secretos occidentales y a los agentes secretos de Ucrania. Por su parte, la Casa Blanca desestimó la afirmación y criticó a Putin por no hacer más para condenar los actos de violencia.