En la ciudad de Los Ángeles, California cientos de manifestantes marcharon el domingo hasta la estación del sheriff de Compton, para exigir justicia para Andrés Guardado, después de que el joven de 18 años fuera asesinado a tiros el jueves por un ayudante del sheriff.
Guardado —de padres salvadoreños— estaba trabajando como guardia de seguridad en un taller de carrocerías cuando dos oficiales de policía se le acercaron. Uno de sus compañeros de trabajo dice que Guardado se asustó y corrió después de que un oficial sacara un arma.
Antes de la manifestación su familia se reunió en Gardena, de donde era originario, para conmemorar su vida y pedir justicia por su muerte.
La policía afirma que Guardado blandió un arma de fuego ilegal; su familia afirma que le dispararon por la espalda y que la pistola recuperada por los oficiales no le pertenecía.
Los participantes en la manifestación fueron dispersados con gases lacrimógenos y disparos con balas de goma.
Las congresistas del sur de California, Nanette Diaz Barragán y Maxine Waters pedirán al fiscal general de California que inicie una investigación independiente sobre el asesinato del adolescente a manos de la policía.