Por Isaac Cohen*
Con el trasfondo de otra desaceleración del crecimiento global, las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial concluyeron el pasado fin de semana en Tokio.
Los funcionarios del Fondo rebajaron las proyecciones de crecimiento económico global para este y el próximo año, a 3,3 y 3,6 respectivamente. El Economista Principal del Fondo, Olivier Blanchard resumió las razones para reducir las proyecciones diciendo: “el bajo crecimiento y la incertidumbre de las economías avanzadas está afectando a las economías de mercado emergente.”
La persistencia de la incertidumbre en la eurozona, la lenta recuperación en Estados Unidos y el casi nulo crecimiento en Japón, de nuevo, están contribuyendo a la desaceleración global. Sin embargo, esta vez, los llamados BRICS—Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica—no están generando suficiente demanda para compensar la debilidad de las economías avanzadas.
Aún así, algunos banqueros centrales presentaron mensajes relativamente positivos. El Presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi dijo que los acontecimientos recientes en Europa apoyan un “optimismo prudente.” También el Presidente de la Reserva Federal Ben Bernanke dijo que la última ronda de compras, por el banco central, de valores garantizados por hipotecas fortalece la recuperación económica en Estados Unidos. También dijo, que el programa “al estimular el gasto y el crecimiento en Estados Unidos, también tiene el efecto de apoyar la economía global.”
El Ministro de Finanzas de Brasil, Guido Mantega discrepó, diciendo “los países avanzados no pueden contar con salir de la crisis exportando a expensas de las economías de mercado emergente.”
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*Analista y consultor internacional, ex-Director de la Oficina de la CEPAL en Washington. Comentarista de economía y finanzas de CNN en Español TV y radio.