Foto: cortesía Democracy Now!
Miles de manifestantes salieron este miércoles a las calles de diversas ciudades de Polonia tras la muerte de una mujer embarazada a quien el personal médico se negó a practicarle un aborto que podría haberle salvado la vida. Dorota Lalik, de 33 años, murió a causa de una septicemia en mayo, tres días después de que rompiera aguas y fuera ingresada en el hospital Juan Pablo II.
El personal médico del hospital, fuertemente vinculado con la Iglesia católica, optó por no brindarle servicios de aborto, amparándose en una “cláusula de objeción de conciencia” permitida por la legislación polaca. Estas fueron las palabras expresadas el miércoles por una manifestante durante una marcha a favor del aborto que se llevó a cabo en la ciudad de Varsovia.
Magdalena: “Vine aquí porque no estoy de acuerdo con que las mujeres mueran por no tener derecho al aborto y que los médicos tengan una ‘cláusula de objeción de conciencia’. Si quieren cláusulas de conciencia, que cambien de profesión. Las mujeres están muriendo por su culpa y también por la legislación que se ha establecido [al respecto] en Polonia”.
Gobernador de un estado sudanés es asesinado tras acusar a militares de “genocidio”

En Sudán, el gobernador del estado de Darfur Occidental fue asesinado este miércoles después de culpar públicamente de estar llevando a cabo un “genocidio” contra civiles al grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido y a milicias árabes aliadas de dicho grupo.
Khamis Abakar fue secuestrado y asesinado horas después de hacer esas declaraciones en una entrevista televisiva. La agencia de noticias Reuters informa que dos fuentes del Gobierno sudanés atribuyeron la autoría del asesinato a las Fuerzas de Apoyo Rápido.
Mientras tanto, la Organización Internacional para las Migraciones dijo este miércoles que los combates entre facciones militares rivales en Sudán han obligado a más de dos millones de personas a abandonar sus hogares y que más de medio millón de ellas han huido a países vecinos.
Según una organización local de monitoreo, casi 1.000 civiles han muerto desde el inicio de los combates.