Estados Unidos reportó el martes más de 50.000 nuevos casos de COVID-19 y 1.358 muertes. El gobernador del estado de Misisipi, Tate Reeves, puso fin el martes a su larga oposición a exigir el uso de tapabocas en público y emitió un mandato a nivel estatal.
También ordenó un aplazamiento del comienzo del año escolar en algunos, pero no en todos, los condados de Misisipi, estado que va en camino a convertirse en el mayor foco de coronavirus en Estados Unidos.
Mientras tanto, una coalición bipartidista de gobernadores de siete estados encabezada por el republicano Larry Hogan, de Maryland, está trabajando para adquirir millones de pruebas rápidas de diagnóstico de coronavirus, citando una respuesta fallida por parte del Gobierno de Donald Trump, que provocó una grave escasez y demoras en la disponibilidad de dichas pruebas.
Reclusos de Georgia transmiten en vivo un levantamiento carcelario
En el estado de Georgia, reclusos de la prisión estatal de Ware usaron teléfonos celulares contrabandeados para transmitir en vivo un levantamiento carcelario el pasado fin de semana, que llevaron a cabo para reclamar la mejora de las medidas sanitarias en medio de un brote de COVID-19.
Uno de los videos, filmado en un celular contrabandeado, muestra a dos hombres acostados en el piso de una celda de la prisión, cubiertos de sangre y vendajes, mientras otros reclusos piden ayuda. En otro video, un recluso describe estar encerrado en una celda las 24 horas del día, los siete días de la semana, con acceso limitado a agua potable y con pésima comida, sin electricidad y con pésimas condiciones de higiene y salubridad.
Uno de los reclusos manifestó: “El inodoro no está descargando. El fregadero no funciona. Han cortado el suministro eléctrico. Han cortado todo. No nos hemos duchado desde el martes pasado. Ha pasado una semana. La razón por la que nos amotinamos… la razón por la que estalló el motín es por [las malas] condiciones de salud”.
