Sacar a Italia del Mundial de fútbol Brasil 2014 es una hazaña memorable, pero lo que logró Uruguay este martes quedará en la mente de muchos más por la polémica en torno a una aparente mordida de Luis Suárez.
Fue un partido parejo y de gran exigencia física entre Italia y Uruguay en la ciudad de Natal. Al final la selección celeste logró la clasificación gracias al gol de Diego Godine, en el minuto 81.
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Sin embargo, aquel gol de la victoria no pasará a la historia como el hecho más memorable del encuentro. En cambio sí lo hará lo que parece una mordida de Suárez al defensor italiano Giorgio Chiellini en su hombro izquierdo.
Un hecho definitivamente polémico por el cual el uruguayo no fue sancionado a pesar del insistente reclamo de la escuadra italiana, pero que la FIFA anunció que someterá a revisión, de acuerdo a la información que dieron portavoces el ente rector del fútbol mundial.
No es la primera vez que Suárez muerde a un rival. Ya había sido suspendido por varias fechas en Reino Unido por hechos similiares el año pasado.
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Los hechos
Cerca del minuto 79 del encuentro, todavía igualados a cero, Suárez empujó su cabeza hacia el hombro de Chiellini en el área penalty. Los dos hombres cayeron al piso y ambos hicieron gestos de dolor.
Inmediatamente después Giogio Chiellini se destapó el hombro para mostrarle al juez mexicano la evidencia de la mordida.
«Fue ridículo no expulsar a Suárez. Es claro», le dijo Chiellini a la cadena de televisión italiana RAI.
«(Suárez) se arrastró en el piso porque sabía bien que hizo algo que no debería haber hecho”, agregó Chiellini.
Mientras el defensa italiano corría tras el árbitro mexicano Marco Rodríguez, el uruguayo Gastón Ramírez intentaba calmar a Chiellini y hacerlo cubrirse el hombro.
Otros mordiscos
Luis Suárez había sido suspendido por 10 juegos por morder a Branislav Ivanovic en la Liga Premier en un juego en abril de 2013.
Suárez también había suspendido por otros siete juegos por morder en el hombro al mediocampista Otman Bakkal, del PSV Einhover de Holanda, cuando era capitán del Ajax en 2010.
Después de que la mordida del delantero Suárez a Branislav Ivanovic la Asociación de Futbolistas Profesionales de REino Unido (PFA, por sus siglas en inglés) le ofreció un tratamiento para controlar su ira.
El temperamento de Suárez de arrebatos e impulsos contrastan con la gran calidad de su juego, lo que le valió el reconocimiento como mejor jugador de la Liga Premier en abril.
