La aprobación ciudadana al presidente peruano, Ollanta Humala, volvió a caer, principalmente por la percepción ciudadana de que el mandatario incumple sus promesas, según una nueva encuesta privada difundida hoy.
Al día siguiente de que el mandatario dijera que no ha llegado a su posición por encuestas sino por su labor política, el sondeo de la empresa CPI le asignó una aprobación de 29,1 por ciento, muy por debajo de los índices de julio (35,9 por ciento) y mayo (49,4).
La consulta abarcó 17 regiones y verificó un aumento de la desaprobación de Humala, de 61,4 por ciento en julio, a 66,8 en agosto, principalmente por el incumplimiento de sus promesas electorales (37,2 por ciento) de cambios y mejoras sociales y por la inseguridad ciudadana (21,9).
El declive de la aprobación de Humala es presentada por sectores políticos y mediáticos de tendencia neoliberal como consecuencia de la pérdida de confianza por supuestas inclinaciones ajenas a ese modelo y sostienen debe recuperar la misma con medidas a favor de las inversiones privadas.
Sin embargo, los críticos de izquierda del mandatario señalan que el motivo de la caída es la continuidad de ese modelo y el incumplimiento de hacerle cambios fundamentales de corte nacionalista y social.
El nuevo sondeo adverso coincide con esfuerzos del gobierno por atenuar la confrontación con la oposición, mediante una ronda de conversaciones con diversas fuerzas políticas y buscar consensos con estas sobre temas de interés nacional.
Humala dijo ayer que las propuestas presentadas por todas las fuerzas políticas durante el diálogo serán analizadas para considerar su viabilidad, destacó los aportes y dijo que todos son igual de importantes.
Añadió que los participantes deben mantener una actitud humilde y sin soberbia pues todos son igual de importantes, aparente alusión al neoliberal expresidente Alan García.
Tras reunirse con el primer ministro, Juan Jiménez, García expuso un virtual programa de gobierno de profundización neoliberal que supuestamente el gobierno debe cumplir para afrontar el impacto de la crisis externa.
Humala marcó de otro lado distancias del exgobernante Alejandro Toledo (2001-06), también neoliberal y que enfrenta una investigación por posible enriquecimiento ilícito a raíz de millonarias compras inmobiliarias hechas por su suegra con dinero de un millonario israelí amigo de Toledo.
Dijo haber ordenado a su bancada parlamentaria que no proteja a Toledo y que todo se ajuste a ley en las investigaciones sobre el caso en el Congreso, y negó una alianza entre ambos, cuyas fuerzas coinciden en diversos temas en el parlamento.
Fuente: Prensa Latina