Obama anuncia 30 mil soldados adicionales en Afganistán

El presidente Barack Obama enviará 30 mil soldados adicionales a Afganistán, para totalizar casi 100 mil, para derrotar a la red Al Qaeda y a insurgentes talibanes.

Obama enfrenta presiones por el pesimismo de los estadounidenses sobre la guerra en Afganistán, país que invadió tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, así como por los elevados costos en momentos en que el país busca recuperarse de la recesión.

Los siguientes son extractos de su discurso:

“Las 30,000 tropas adicionales que estoy anunciando esta noche serán desplegadas a inicios del 2010 – al paso más rápido posible– para que puedan ir en pos de los insurgentes y resguardar centros poblados clave. Aumentarán nuestra capacidad de entrenar a Fuerzas de Seguridad afganas competentes y de asociarnos con ellas para que más afganos puedan participar en la lucha. Y ayudarán a crear las condiciones para que Estados Unidos transfiera responsabilidades a los afganos”.


“Debido a que éste es un esfuerzo internacional, he pedido que nuestro compromiso esté acompañado por aportes de parte de nuestros aliados. Algunos ya han proporcionado tropas adicionales, y estamos seguros de que habrá aportes adicionales en los días y las semanas venideros. Nuestros amigos han luchado y derramado sangre y muerto a lado nuestro en Afganistán.

Ahora, debemos unirnos para acabar con esta guerra de manera exitosa, pues lo que está en juego no es simplemente una prueba de la credibilidad de la OTAN; lo que está en juego es la seguridad de nuestros aliados y la seguridad común del mundo”.


“En conjunto, estos soldados estadounidenses e internacionales adicionales nos permitirán acelerar la transferencia de responsabilidad a las fuerzas afganas y nos permitirán comenzar el proceso de sacar a nuestras fuerzas de Afganistán en julio del 2011. Así como lo hemos hecho en Irak, realizaremos esta transición de manera responsable, tomando en cuenta las condiciones en el terreno.

Continuaremos asesorando y ayudando a las Fuerzas de Seguridad de Afganistán para cerciorarnos de que puedan tener éxito a largo plazo. Pero quedará claro para el gobierno de Afganistán –y lo que es más importante aun, el pueblo de Afganistán – que a fin de cuentas, ellos serán responsables por su propio país”.


HOJA INFORMATIVA: EL CAMINO HACIA ADELANTE EN AFGANISTAN Y PAKISTAN

NUESTRA MISION: El discurso del Presidente reitera el objetivo central de marzo del 2009: interrumpir, desmantelar y finalmente vencer a Al-Qa’ida, e impedir su retorno a ya sea, Afganistán o Pakistán. Para hacerlo, nosotros y nuestros aliados aumentaremos nuestros contingentes, y nos enfocaremos en elementos de la insurgencia y protegeremos centros poblados clave, capacitaremos a soldados afganos, transferiremos responsabilidades a un aliado afgano capaz y reforzaremos nuestra alianza con los pakistaníes, quienes enfrentan las mismas amenazas.


Esta región es el centro del extremismo violento mundial de Al-Qa’ida y la región desde la cual fuimos atacados el 11 de septiembre. Se están planeando ataques nuevos desde allí en estos momentos, un hecho confirmado por un complot reciente, descubierto y desbaratado por autoridades estadounidenses.

Impediremos que el Talibán convierta a Afganistán en un refugio desde el cual terroristas internacionales pueden atacarnos a nosotros o nuestros aliados.

Esto podría representar una amenaza directa para el territorio nacional de Estados Unidos, y es una amenaza que no podemos tolerar. Al-Qa’ida permanece en Pakistán, donde continúa planeando ataques contra nosotros y donde ellos y sus aliados extremistas representan una amenaza para el Estado de Pakistán. Nuestro objetivo en Pakistán será asegurar que se venza a Al-Qa’ida y que Pakistán permanezca estable.



PROCESO DE ANÁLISIS: El análisis fue un proceso meticuloso y disciplinado de tres etapas para verificar la coordinación de objetivos, métodos para lograr dichos objetivos y finalmente, los recursos necesarios. Durante diez semanas, el Presidente presidió nueve reuniones de su equipo de seguridad nacional y realizó consultas con aliados y socios clave, entre ellos los gobiernos de Afganistán y Pakistán.

El Presidente se centró en hacer preguntas difíciles, se tomó el tiempo para considerar todas las opciones cuidadosamente y logró unir una variedad de opiniones distintas en su gabinete antes de decidir el envío de más estadounidenses a la guerra.


Como resultado de dicho análisis, hemos enfocado nuestra misión y hemos llegado a un entendimiento común sobre nuestra estrategia regional y la necesidad de apoyo internacional. Desplegaremos tropas a Afganistán rápidamente, y aprovecharemos estos nuevos recursos para crear las condiciones a fin de comenzar a reducir el número de fuerzas de combate en el verano del 2011, a la vez que mantenemos una alianza con Afganistán y Pakistán para proteger nuestros intereses continuos en esa región.


Las reuniones se centraron en la mejor manera de asegurar que se elimine la amenaza de Al-Qa’ida de la región y que se restaure la estabilidad regional. Examinamos detenidamente la coordinación de nuestros esfuerzos y el equilibrio entre recursos civiles y militares, tanto en Pakistán como en Afganistán, y los esfuerzos de Estados Unidos y la comunidad internacional.


Se exploró a fondo una variedad de temas: intereses nacionales, objetivos y metas centrales, prioridades de antiterrorismo, refugios para grupos terroristas en Pakistán, el bienestar de las fuerzas armadas de Estados Unidos en el mundo, riesgos y costos relacionados con el despliegue de tropas, requisitos mundiales del despliegue, cooperación internacional y compromisos con respecto a Afganistán y Pakistán, y la capacidad de Afganistán en todas las áreas para incluir fuerzas de seguridad afganas, buen gobierno central y subnacional, y corrupción (lo que incluye el narcotráfico), y asuntos relativos al desarrollo y la economía.


LO QUE HA CAMBIADO DESDE MARZO: Desde que el Presidente anunció nuestro compromiso renovado en marzo, hubo varios sucesos importantes que llevaron a la Administración a analizar su estrategia en Afganistán y Pakistán: se prestó mayor atención a Afganistán y Pakistán, se nombraron nuevos líderes estadounidenses en Afganistán, Pakistán aumentó sus esfuerzos por combatir a los extremistas, y la situación en Afganistán se ha agravado.


Estados Unidos nombró nuevos líderes civiles y militares en Afganistán, con el nombramiento del embajador Karl Eikenberry como embajador de Estados Unidos ante Afganistán, y el general Stanley McChrystal como nuevo comandante de las fuerzas armadas de la Fuerza de Ayuda para Seguridad Internacional (International Security Assistance Force o ISAF) en Afganistán.

Tras llegar a Afganistán, tanto el embajador Eikenberry como el general McChrystal reconocieron que tras ocho años de recursos insuficientes, la situación era peor que lo que esperaban. Juntos, el Embajador Eikenberry y el General McChrystal publicaron un nuevo Plan de Campaña Civil-Militar para integrar los esfuerzos de Estados Unidos en todo el país.


El difícil y prolongado proceso electoral en Afganistán y las pruebas evidentes de la falta del imperio de la ley dejaron en claro las limitaciones del gobierno central en Kabul.


Mientras tanto, en Pakistán, los pakistaníes mostraron renovada determinación de vencer a los combatientes que habían asumido control del valle Swat, a apenas 60 millas de Islamabad. Líderes políticos de Pakistán —entre ellos líderes del partido de oposición— se unieron para respaldar las operaciones militares pakistaníes.

En el otoño los pakistaníes ampliaron su lucha contra extremistas hasta las zonas tribales de Mehsud en Waziristán del Sur a lo largo de la frontera con Afganistán.


EL CAMINO HACIA ADELANTE: El Presidente ha decidido desplegar 30,000 tropas adicionales de los Estados Unidos a Afganistán. Estos soldados serán desplegados en un periodo acelerado para reforzar a los 68,000 estadounidenses y 39,000 miembros no estadounidenses de la ISAF que ya están allí, para que podamos ir en pos de los insurgentes, frenar su impulso y proteger mejor los centros poblados.


Estas fuerzas aumentarán nuestra capacidad de entrenar a las Fuerzas de Seguridad de Afganistán para que incrementen su eficacia y de asociarnos con ellas para que más afganos participen en la lucha. Y al procurar estas alianzas, podemos transferirles responsabilidades a los afganos y comenzar a reducir nuestras tropas de combate en el verano del 2011. En resumidas cuentas, estos recursos nos permitirán realizar el esfuerzo final que es necesario para capacitar a los afganos de manera que podamos transferir responsabilidad.


Mantendremos este nivel mayor de efectivos durante los próximos 18 meses. Durante este tiempo, analizaremos nuestro progreso con frecuencia. Y a partir de julio del 2011, la responsabilidad principal por la seguridad será transferida a los afganos y comenzaremos la transición a retirar nuestras fuerzas de combate de Afganistán. A medida que los afganos asuman responsabilidad por su seguridad, continuaremos asesorando y ayudando a las Fuerzas de Seguridad de Afganistán, y mantendremos una alianza para velar por su seguridad, de manera que puedan continuar este esfuerzo.

Los afganos están cansados de la guerra y anhelan la paz, justicia y seguridad económica. Tenemos la intención de ayudarlos a lograr estos objetivos y acabar con esta guerra y la amenaza de otra ocupación por combatientes extranjeros asociados con Al-Qa’ida.


No estaremos solos en este esfuerzo. Continuarán participando con nosotros en la lucha los afganos, y la enérgica alianza vislumbrada por el general McChrystal hará que más afganos participen en la lucha por el futuro de su país. También habrá recursos adicionales de la OTAN. Estos aliados ya han hecho aportes significativos en Afganistán, y hablaremos sobre contribuciones adicionales de la alianza –a manera de tropas, capacitadores y recursos– en los días y las semanas venideros.

No se trata simplemente de una prueba de la credibilidad de la alianza; lo que está en juego es incluso más importante: la seguridad de Londres y Madrid; de París y Berlín; de Praga, Nueva York y nuestra seguridad colectiva en general.


Colaboraremos con nuestros aliados, las Naciones Unidas y el pueblo afgano para reforzar nuestros esfuerzos civiles, de manera que el gobierno de Afganistán pueda asumir más responsabilidades a medida que establecemos mejor seguridad.

El discurso de investidura del Presidente Karzai envió un mensaje acertado sobre tomar un nuevo curso, que incluye su compromiso con la reintegración y reconciliación, mejorar relaciones con los aliados regionales de Afganistán y aumentar continuamente la responsabilidad de las fuerzas de Afganistán con respecto a la seguridad.


Pero es necesario que veamos acción y progreso. Seremos claros sobre nuestras expectativas y alentaremos y respaldaremos la autoridad de los ministros, gobernadores y líderes locales de Afganistán que producen resultados a favor del pueblo y combaten la corrupción.

No respaldaremos a quienes no rinden cuentas por sus actos y no actúan a favor del pueblo o Estado de Afganistán. También dirigiremos nuestra asistencia a sectores como agricultura que pueden tener un impacto inmediato en la vida de los afganos.


AYUDA CIVIL: Un continuo y considerable incremento en expertos civiles acompañará una vasta infusión de ayuda civil adicional. Colaborarán con los afganos a largo plazo para mejorar la capacidad de instituciones gubernamentales nacionales y subnacionales, y para ayudar a rehabilitar sectores económicos clave de Afganistán de manera que los afganos puedan derrotar a los insurgentes que sólo prometen más violencia.


El crecimiento es crucial para socavar el atractivo de los extremistas a corto plazo y para el desarrollo económico sostenible a largo plazo. Nuestra principal prioridad en la reconstrucción es implementar una estrategia civil-militar para el redesarrollo de la agricultura a fin de restaurar el sector agrícola en Afganistán, anteriormente tan dinámico. Esto ayudará a restarle a la insurgencia combatientes e ingresos de los cultivos de amapola.


Un énfasis de nuestros esfuerzos a favor del buen gobierno estará en el desarrollo de instituciones a nivel local, distrital y provincial que sean más visibles, atiendan las necesidades y rindan cuentas, y donde los afganos promedio tengan contacto con su gobierno.

También alentaremos y apoyaremos los enérgicos planes del gobierno afgano para combatir la corrupción con medidas concretas de progreso hacia un mayor rendimiento de cuentas.


Un elemento clave de nuestra estrategia política será apoyar los esfuerzos encabezados por los afganos para reintegrar a los talibanes que renuncien a Al-Qa’ida, depongan sus armas y participen en el proceso político.


NUESTRO SOCIO EN PAKISTÁN: Nuestra alianza con Pakistán está inextricablemente ligada a nuestros esfuerzos en Afganistán. Para que haya seguridad en nuestro país, necesitamos una estrategia que funcione a ambos lados de la frontera entre Pakistán y Afganistán. Los costos de la inacción son mucho mayores.


Estados Unidos está comprometido con reforzar la capacidad de Pakistán de ir en pos de los grupos que representan la mayor amenaza para nuestros dos países. No se puede tolerar que haya refugio para los terroristas de alto nivel con paradero conocido e intenciones claras. Para Pakistán, seguimos alentando a los líderes civiles y militares a continuar su lucha contra los extremistas y a eliminar los refugios de terroristas dentro del país.


Ya estamos enfocados en trabajar con las instituciones democráticas de Pakistán y fortalecer los lazos entre nuestros gobiernos y pueblos con respecto a intereses y preocupaciones comunes. Estamos comprometidos a mantener una relación estratégica con Pakistán a largo plazo.

Confirmamos este compromiso con Pakistán al proporcionarles $1,500 millones anuales en los próximos cinco años para apoyar el desarrollo y la democracia en Pakistán, y hemos encabezado un esfuerzo mundial para promover otros compromisos de apoyo. Este considerable compromiso de ayuda a largo plazo tiene como propósito los siguientes objetivos:


(1) Ayudar a Pakistán a atender a las crisis de energía, agua y problemas económicos relacionados, profundizando así nuestra colaboración con el pueblo de Pakistán y disminuyendo el atractivo de los extremistas;


(2) Apoyar reformas económicas más amplias que son necesarias para que Pakistán vaya por la senda de generación de empleo y crecimiento económico, indispensables para la estabilidad y progreso de Pakistán a largo plazo, y


(3) Ayudar a Pakistán a multiplicar sus éxitos contra los militantes con el fin de eliminar santuarios extremistas que amenazan Pakistán, Afganistán, la región en general y los pueblos del mundo.


La asistencia adicional por parte de Estados Unidos ayudará a Pakistán a sentar las bases para el desarrollo a largo plazo y también fortalecerá los lazos entre el pueblo estadounidense y el pakistaní al demostrar que Estados Unidos está comprometido a atender a los problemas que más afectan la vida cotidiana de los pakistaníes, a medida que trabajamos juntos para derrotar a los extremistas que amenazan a Pakistán así como también amenazan a Estados Unidos.

MLUSAMLUSA

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