Cuando se pensaba que no podía ser peor, lo fue.
Los Lakers de Los Ángeles perdieron en casa de los 76ers de Filadelfia en un duelo entre los dos peores equipos de la NBA.
El presente del equipo californiano y de su estrella, Kobe Bryant, es tan penoso que de nada sirvió que jugara en la ciudad que lo vio nacer o que se enfrentara al peor equipo de la historia de los cuatro grandes deportes profesionales de Estados Unidos.
Bryant recibió un homenaje por parte de los 76ers de Filadelfia luego de anunciar que se retirará al final de la temporada, pero el reconocimiento a sus 20 años de carrera terminó cuando comenzó el partido.
Los 76ers no quisieron ser simple comparsas de una fiesta en la que fueron los anfitriones.
Por algo habían marcado la fecha en el calendario para poner fin a una racha negativa histórica, un oscuro período que se extendió desde el pasado 25 de marzo.
Hasta el martes, Filadelfia sumó el peor arranque en una temporada de la NBA al sumar 18 derrotas consecutivas, además de acumular 28 juegos consecutivos perdiendo.
Ese número es el peor registro de cualquier franquicia en Estados Unidos, no sólo en la liga de baloncesto, sino también en la de fútbol americano, en el béisbol de Grandes Ligas o en el campeonato de hockey sobre hielo.
Fue por eso que la visita de los Lakers fue percibida como el punto de inflexión para acabar con la cadena de derrotas consecutivas.
A fin de cuentas, los Lakers registraban la segunda peor marca de la temporada y desde hace tres años vienen confirmando la fama de ser la peor versión del equipo más laureado del baloncesto de la NBA.
De mal en peor
Los Lakers suman en sus 67 años de existencia 16 títulos de la NBA, además de otras 15 finales en las que se titularon como campeones de la conferencia oeste.
Hace cinco años, cuando conquistaron su último anillo, nadie hubiera podido predecir un deterioro tan drástico y dramático del equipo por el que pasaron leyendas del baloncesto del nivel de Wilt Chamberlain, Magic Johnson o Kareem Abdul-Jabbar.
Cuando concluyó la temporada pasada, los Lakers terminaron con un balance de 21 victorias y 61 derrotas, el peor porcentaje ganador de su historia (.256).
En su momento, el entrenador Byron Scott reconoció que no es algo halagador, pero que una marca tan negativa también da pie para escribir una «impresionante historia cuando se logre cambiar el rumbo».
En principio no parecía un reto tan difícil.
¿Qué tanto podría costar mejorar un año en el que no pudieron clasificar a los playoffs por segunda temporada consecutiva o séptima en su historia?
La realidad ha demostrado que mucho.
Los Lakers sólo han ganado dos partidos y han perdido 15 esta campaña, con un porcentaje ganador de .118.
El único equipo por debajo de toda la liga son los 76ers, pero hasta ellos ya les ganaron.
Una estadística que refleja la debacle de los Lakers es el promedio anotador de Bryant, 15,8 por partido (mantiene un promedio de 25,3 puntos durante su carrera de 1.294 juegos).
Bryant dará un paso al costado al final de la temporada, pero los aficionados de los Lakers aspiran que la recuperación comience antes.
De ser posible, el próximo viernes contra los Hawks de Atlanta.
