La Organización de las Naciones Unidas advierte sobre una catástrofe humanitaria en el Líbano tras la explosión de gran magnitud ocurrida el martes en el puerto de Beirut. El estallido causó la muerte de al menos 157 personas, dejó a otras 5.000 heridas y a 300.000 sin hogar.
El presidente francés Emmanuel Macron visitó Beirut el jueves y sostuvo que Francia estaba lista para ayudar al Líbano, pero solo si las autoridades promulgaban reformas que dispongan medidas enérgicas contra la corrupción generalizada.
El jueves, la policía libanesa lanzó gases lacrimógenos a manifestantes contra el Gobierno que se reunieron frente al Parlamento.
Se planea realizar una movilización multitudinaria el sábado para pedir la destitución y el arresto de los funcionarios libaneses que permitieron que miles de toneladas de fertilizante de nitrato de amonio altamente explosivo, permanecieran almacenadas en el puerto de Beirut durante seis años sin las medidas de seguridad correspondiente antes de la explosión del martes.