Por Isaac Cohen*
Siempre es arriesgado, aún más en estos tiempos inciertos, derivar conclusiones basadas en cifras de uno o dos meses. La creación de 7.5 millones de nuevos empleos en mayo y junio, aclamada por algunos como evidencia de una recuperación en forma de V, puede estarse convirtiendo en una recaída. Varios estados que efectuaron aperturas tempranas, como Arizona, California, Florida y Tejas, han retornado a cierres de negocios, ante el aumento abrupto de las infecciones de coronavirus. Algunos analistas estiman que más de 30 estados han desacelerado el proceso de apertura de actividades económicas.
Además, con base en el número de solicitudes de seguro de desempleo, a un promedio semanal de más de un millón durante las últimas 16 semanas, más de 30 millones de trabajadores están recibiendo beneficios por desempleo, lo cual equivale a casi 20 por ciento de la fuerza laboral. Conforme a una encuesta de hogares de la Oficina del Censo, durante las dos últimas semanas, más de 1.4 millones de trabajadores adicionales cada semana han dicho que no están trabajando. Por ende, las contrataciones por aquellos que están creando nuevos empleos, tales como las empresas de comercio electrónico y de alta tecnología, aún no compensan los puestos de trabajo que están desapareciendo en empresas tales como las aerolíneas, hoteles, restaurantes y de comercio al menudeo.
Todas estas razones han contribuido a generar consenso, en el Congreso y la Casa Blanca, sobre le necesidad de aprobar un cuarto paquete de rescate, ante la pronta expiración de algunos de los beneficios otorgados por el paquete anterior.
*Analista y consultor internacional, exdirector de la Oficina de la CEPAL en Washington. Comentarista de economía y finanzas de CNN en Español TV y radio, TELEMUNDO, UNIVISION y otros medios.