
Por Ramón Jiménez
El economista Gerson Martínez ya no es el titular del Ministerio de Obras Públicas de El Salvador, función que desempeñó hasta el 1 de noviembre de este año tras presentar su renuncia al presidente de la república.
Muchos ya lo ven como el candidato presidencial para participar con la bandera del FMLN en las elecciones que tendrán lugar en marzo de 2019, mas que todo después de su inesperada renuncia, que fue aceptada sin ningún problema por el presidente Salvador Sánchez Cerén, aunque oficialmente no ha sido nombrado ni como precandidato, pues se barajan otros nombre como el actual vicepresidente Oscar Ortiz, el canciller Hugo Martínez o el alcalde Miguel Pereira de la ciudad de San Miguel.
Pero Martínez (cuyo verdadero nombre es Manuel Orlando Quinteros Aguilar) señaló que se encuentra en la región metropolitana de Washington para “un rendimiento de cuentas de su trabajo” realizado durante ocho años; ya que fue nombrado por el entonces presidente de la república Mauricio Funes el 1 de junio de 2009 y reconfirmado en la misma posición el 1 de junio de 2014 por el presidente entrante Salvador Sánchez Cerén, ambos del FMLN.
Este sábado, Martínez se reunió con miembros de la comunidad salvadoreña, militantes y simpatizantes de ese partido político en el salón de conferencias de Casa de Maryland, en el sector de Langley Park, Maryland; para continuar este domingo en un conocido centro de reuniones en la ciudad de Fairfax, en el norte de Virginia.
“Me siento honrado por la contribución que he dado a mi país en todo ese tiempo”, enfatizó Martínez, explicando que fueron alrededor de 6,400 obras entregadas.
“Muchas fueron pequeñas obras pero que tuvieron un gran impacto en las comunidades donde fueron construidas”, agregó.
También destacó que bajo su gestión fueron construidos 700 kilómetros de nuevas carreteras, entre las que se cuentan 120 kilómetros de carreteras pavimentadas.
Reconoció Martínez que durante su gestión todo fue muy transparente, ya que no admitieron “ninguna reserva” y que además hubo “cero opacidad” [falta de transparencia] y “cero laudos”; no como las demandas y actos de corrupción que fueron una modalidad en las administraciones que le antecedieron antes de1 1 de junio 2009.
