El jueves, Rusia le ordenó a Estados Unidos que cerrara su embajada en San Petersburgo y declaró que expulsaría a 60 diplomáticos estadounidenses, en la última escalada de tensiones por el presunto envenenamiento por parte de Rusia del espía ruso Sergei Skripal y su hija en Salisbury, Gran Bretaña, a principios de mes.
Rusia niega su responsabilidad en el envenenamiento, que fue causado por un agente nervioso.
El presidente Donald Trump —quien desestimó el consejo de sus asesores y felicitó al presidente ruso, Vladimir Putin, por haber sido reelecto en el cargo en las elecciones realizadas recientemente—, no ha mencionado el envenenamiento.
Tampoco hizo referencia el jueves, durante un acto de campaña celebrado en Ohio, a la expulsión de los diplomáticos estadounidenses.
