Por Ramón Jiménez
La unidad comunitaria de los residentes de Santa Marta, un poblado del departamento de Cabañas, El Salvador es sorprendente, ya que dondequiera que se encuentren siempre están en movimiento y trabajando juntos, para ayudar a quienes dejaron atrás en esa sufrida comunidad durante los años de la guerra civil.
Así lo demostraron este sábado por la noche durante un evento celebrado en el local de recepciones de la Iglesia Unitariana, que funciona en la calle River Road de Bethesda, Maryland, la que se vio abarrotado por unos 300 sanmarteños, a pesar de que la mayoría —incluyendo los organizadores— residen en el condado de Fairfax y otros sectores del norte de Virginia.
La parte musical del evento benéfico estuvo a cargo del Grupo Santa Marta, quienes por segundo año consecutivo llegan desde territorio salvadoreño para estar con los suyos, lo que hacen sin recibir ningún pago solamente los boletos de viaje y gastos de estadía.
Según Francisco Ramírez, unos de los organizadores del evento, los fondos recaudados servirán para construir una cancha de basquetbol en la escuela de la población de donde son originarios. El próximo sábado a las 9pm. el grupo musical amenizará otra presentación en el restaurante Two Amigos de Chantilly, Virginia siempre on el objetivo de colectar dinero para financiar obras de beneficio colectivo en Santa Marta.
Asistieron a la fiesta el presidente de Comunidades Transnacionales Salvadoreña (COTSA) Walter Vásquez, organización que aglutina a una veintena de grupos organizados, incluyendo a la Comunidad de Santa Marta en el área de Washington.
De igual manera estuvo el expresidente de esa coalición, Jorge Granados y su esposa Bessy, quienes todavía ayudan en los quehaceres que organizar un evento de esos requiere.
Vásquez es originario del departamento de La Unión y Granados del departamento de Morazán, ambos en el oriente salvadoreño, mientras que Santa Marta está ubicada en el centro de ese país.
