Imagen de Facebook no relacionada con la conferencia de obispos en San Diego.
WASHINGTON, 23 de junio de 2025– La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) se reunió la semana pasada para una Asamblea Especial, del 16 al 20 de junio, en San Diego, California. A diferencia de la típica sesión plenaria de primavera que se reúne con sesiones públicas y una agenda formal de negocios, la asamblea especial fue un retiro para que los obispos oraran, dialogaran, y fortalecerse unos a otros en su ministerio.
Recordando cómo un pequeño acto de generosidad alimentó su fe siendo un joven seminarista, el arzobispo Broglio celebró la misa inaugural e invitó a sus hermanos a recordar cómo el Evangelio fue «sostenido sobre nuestras cabezas en la ordenación episcopal» para que pudiéramos ser «cada vez más eficaces en la predicación de esa Palabra viva, siempre nueva y siempre provocadora». Reconoció que predicar el Evangelio no es fácil, pero animó a los obispos estadounidenses a considerar la generosidad como indispensable para mantener vivo el amor de Dios en nuestros corazones y recordó a todos que «el discípulo misionero no ve a nadie como enemigo».

Para el arzobispo Broglio, esto es especialmente cierto en el contexto de la inmigración. «Nuestra historia de acogida es un tanto irregular, porque cada grupo de inmigrantes tendía a menospreciar al siguiente». Recordó cómo los inmigrantes irlandeses, alemanes e italianos sufrieron discriminación. «Ahora», dijo el arzobispo Broglio, «como pastores, nos esforzamos sinceramente por instar a nuestro pueblo a acoger a quienes provienen de Latinoamérica, Haití y otras zonas afectadas».
La homilía del arzobispo Broglio hizo referencia a los diversos conflictos del mundo contemporáneo, citando a los cristianos en Gaza; los pobres en Siria, afectados por las sanciones que afectan el acceso a combustible, alimentos y otras necesidades; el Líbano, que soporta el peso de más de dos millones de refugiados; el conflicto entre Israel e Irán; la guerra en curso en Ucrania; y Haití. «Debemos maximizar aún más los fondos de Catholic Relief Services, ya que la ayuda internacional estadounidense está suspendida», dijo, y continuó: «…no podemos dar la espalda a quienes claman por nuestra ayuda».
Lea el texto completo de la homilía del arzobispo Broglio aquí .