En el estado de Texas una madre salvadoreña y su hijo de cuatro años pudieron reunirse, por resolución judicial, ocho meses después de que fueran separados por agentes del Servicio de Inmigración en la frontera entre México y Estados Unidos.
Ambos ingresaron al país a principios de este año, en busca de asilo por haber sufrido violencia extrema y persecución, pero fueron separados al poco tiempo.
Hace cuatro meses fueron considerados “no elegibles” para reunirse debido a una supuesta orden de arresto activa en El Salvador.
Informes recientes revelan que las familias migrantes aún están siendo separadas cuando ingresan a Estados Unidos, meses después de que un juez ordenó detener la política de “tolerancia cero” puesta en práctica por el Gobierno de Donald Trump.