Por Teresa Gurza
Aunque científicamente aún no pueden predecirse, hay algunos indicios anteriores a un terremoto; como los temblores que están ocurriendo en el norte de Chile, uno de los países más sísmicos del mundo.
Los investigadores advierten que esas “seguidillas de sismos” en Arica, Iquique, Cuya, Parinacota y Antofagasta “son poco usuales” y podrían estar anticipando el gran terremoto que se sabe ocurrirá más o menos pronto, en el norte chileno; donde hay una laguna sísmica de 500 kilómetros, del sur del Perú a la Península de Mejillones, en la que desde 1866 no se ha producido un movimiento importante.
Y han registrado un desplazamiento acumulado de nueve metros y medio, entre la placa de Nazca y la Sudamericana; lo que ha provocado levantamiento de la zona costera que indica que se está incubado ahí, un terremoto.
Esta semana, la presidenta Michelle Bachelet ordenó reforzar el sistema de prevención de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) y revisar con especial atención, la situación sismológica.
El peor escenario sería que toda la tensión acumulada en esos 137 años, se liberara de golpe; en cuyo caso, la magnitud del terremoto sería cercana a ocho punto ocho; un poco más que el de la Ciudad de México en 1985.
Pero no se descarta que pudiera ser mayor a nueve grados; ni que la liberación de la energía fuera en forma parcelada y no de una sola vez; lo que implicaría un sismo superior a ocho punto cinco y varios cercanos a ocho.
En cualquier caso seguiría un tsunami con olas de 14 metros en las playas y más de 20 en los acantilados, que empezarían a inundar la costa 20 o 25 minutos después de ocurrido el sismo.
Se está pidiendo a la gente que en cuanto empiecen a sentir un temblor fuerte, corran a las partes altas; y no regresen antes de haber recibido instrucciones de la autoridad.
Estarían también expuestas al tsunami, las bahías del centro de Chile “que miran al norte”, como Coquimbo, Constitución, Dichato, Talcahuano y el Golfo de Arauco.
Se sabe que las fallas se rompen a una velocidad aproximada de tres kilómetros y medio por segundo; por lo que en el caso hipotético de que se rompieran los 500 kilómetros al mismo tiempo, la duración del terremoto sería de 142 segundos.
Un poco más de lo que duró el espantoso terremoto de nueve punto uno, ocurrido en la zona central de Chile y que me tocó vivir la madrugada del 27 de febrero del 2010; cuando la falla rota fue de 450 kilómetros.
El poder destructivo de los terremotos depende de que tan cerca estén de la superficie; pero desde ahora se calcula, que la destrucción sería mayor que la causada en 2010; porque en el norte chileno hay grandes ciudades costeras con cientos de miles de habitantes; y puertos de los que sale a la exportación, el cobre; principal riqueza del país.
El terremoto de más intensidad registrado en el planeta, tuvo una intensidad de nueve punto cinco grados; y ocurrió al mediodía del 19 de mayo de 1960, en la preciosa y sureña ciudad chilena de Valdivia.
Y le siguió un tsunami que cambió la geografía, al arrasar todo lo que quedaba; murieron mil 655 personas, tres mil resultaron heridas y más de dos millones perdieron todas sus pertenencias.
La humanidad ha tenido siempre miedo a los temblores; y por eso ha creado mitos, como el que los animales tienen capacidad de predecirlos.
La primera referencia al respecto es griega y data del año 373 antes de Cristo; pero hasta la fecha, no se ha confirmado esa creencia popular.
Algunas personas sienten mareos, dolor de cabeza y ansiedad, antes de un temblor fuerte; y casi todas pueden percibir los ruidos subterráneos que anteceden a un terremoto; pero no los asocian, hasta que el sismo pasó.
Con las nuevas técnicas de construcción, se han modificado las recomendaciones sobre qué hacer durante un temblor.
Actualmente se dice que lo mejor es recostarse en el suelo junto a una cama, mesa o sillón, porque ahí se forma el llamado “triángulo de la vida” que impide caigan sobre la persona, objetos y materiales.
Pero antes, debe abrirse la puerta de la habitación para no quedar encerrados si se deforma el marco.