En Estados Unidos, el Gobierno de Donald Trump está considerando impedir que los ciudadanos estadounidenses y los residentes permanentes vuelvan a ingresar a Estados Unidos si se sospecha que padecen COVID-19. Detractores de dicha medida afirman que la propuesta es parte del esfuerzo continuo del presidente Trump para cerrar la frontera sur de Estados Unidos con México.
Al mismo tiempo, mientras las negociaciones sobre un nuevo proyecto de ley de estímulo económico para contrarrestar la crisis causada por el coronavirus continúan paralizadas en el Congreso estadounidense, gobernadores de todo el país expresaron el lunes su frustración con la orden ejecutiva del presidente Trump, que obligaría a los estados a cubrir el 25% del costo en las prestaciones adicionales por desempleo durante la pandemia, cuando ya experimentan escasez de ingresos ocasionados por la crisis de salud pública.
Ha surgido nueva evidencia de un aumento en el número de contagios de COVID-19 en menores. Un nuevo informe halló que los casos pediátricos de la enfermedad aumentaron un 90% con respecto al mes pasado. El presidente Trump desestimó el lunes los informes recientes e insistió nuevamente en que la reapertura de los centros educativos es segura porque los menores se ven mucho menos afectados por el virus.
El presidente Donald Trump afirmó: “[Los menores] no se enferman de gravedad [de COVID-19]. Y según las personas con las que he hablado, no lo transportan o transfieren a otras personas, o ciertamente no es muy fácil que lo hagan. Así que sí, creo que las escuelas tienen que abrir. Queremos poner en marcha nuestra economía”.
