Por Teresa Gurza
Díganme por favor si en este país no somos inconsecuentes:
Mientras truena como ejote la Cruzada Nacional contra el Hambre, el programa estrella de Peña Nieto que tantos millones ha costado al país y debía evitar que compatriotas tengan que dejar sus pueblos para poder comer, empresarios de Baja California se niegan a pagar más de 100 pesos diarios a indígenas raramuris llevados desde la Tarahumara para ser explotados en Los Cabos, y a los mixtecos esclavizados en el Valle de San Quintín.
Según nota de Roberto Garduño en La Jornada, la mentada cruzada fue calificada duramente esta semana por la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Además de advertir que es insuficiente, la ASF indicó que “representa falta de responsabilidad de las y los servidores públicos involucrados… ha generado daño al erario… ha violentado en gran medida los derechos humanos y dejado de cubrir las primeras necesidades de la población más vulnerable”.
Imagínense, y no lo dicen periodistas resentidos o críticos, no; lo afirma una dependencia creada oficialmente en 1999 para fiscalizar, o sea auditar y vigilar, como se gasta el dinero de todos.
Pero hay más, porque la ASF agregó, que “los objetivos de la Cruzada no resultaron congruentes con las necesidades identificadas, y las acciones transversales planteadas en el decreto para atender de forma integral otras áreas como educación, salud, seguridad social, vivienda e ingreso familiar no fueron tomadas en cuenta, es decir, sólo están enfocados a la atención del problema de carencia alimentaria”; y que ha incumplido seis de los ocho indicadores propuestos.
Nada menos… ¿otra medallita que se le va al Presidente? ¿Van a quedar las cosas así? ¿o se va a indagar más, para encarcelar a los responsables?
Debe hacerse algo y que las cosas no se diluyan como siempre en nuevas incongruencias y escándalos, como los muchos abusos que esta Semana Santa brincan al leer algunos diarios:
Denuncia Reforma que El TRIFE esconderá durante 10 años, lo que gastan sus siete magistrados en comidas y hoteles; pretextando para hacerlo, “que dicha información, revelaría circunstancias de modo, tiempo y lugar que pudieran comprometer la seguridad de los servidores públicos»
¡Ay nanita! ¿pues que comen y dónde duermen los ilustres magistrados?
Hablando de temas electorales, tuvimos que “indemnizar” hace pocos días con dos millones 333 mil 533, pesos a cada uno de los dos consejeros electorales de Oaxaca que tuvieron que dejar el puesto por no haber aprobado los requisitos fijados por el Instituto Nacional Electoral, INE, para seguir en sus cargos; ellos no fueron lo suficientemente capaces para estar donde estaban, pero alegaron que fueron violados sus derechos humanos.
La sentencia que dio origen al pago, crea algunas obligaciones; lo que significa, que en adelante todos los que pasen por lo mismo, deberán ser indemnizados; como podría suceder también en Oaxaca, con los que no queden en el nuevo Tribunal Estatal Electoral, renovado tras la reforma electoral.
Tampoco cumplen los senadores.
El Senado, señaló en estos días El Universal, incumple su obligación de rendir cuentas del dinero que recibe y que este año asciende a mil 200 millones; pero sí se supo que se han echado este año en vinos 449 mil pesos.
Pero uno de los colmos en estos excesos y abusos que se cometen frente a la pobreza y marginación de la mayoría, y que a muchos ya tienen hasta la coronilla, es el comportamiento de los dirigentes del Partido Verde.
En los últimos 18 años han recibido de recursos públicos, más de dos mil millones de pesos; y solo en este 2015, 429 millones. De modo que las multas que les ha impuesto el INE de 185 millones, les hacen lo que el viento a Juárez.
Ya basta de tanto gasto tonto; que lleva entre otras cosas a la vergüenza de que entre los 34 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), seamos el que menos gasta en salud.
Y convencida que algo tenemos que hacer al respecto, estoy totalmente de acuerdo con la propuesta de Juan E. Pardinas que en su artículo del pasado domingo en Reforma, titulado El ave de la Impunidad y dedicado al tucán verde, pregunta si ¿“no será este, el momento ideal de quitarle el registro de partido político a este animal empollado por el cinismo y la corrupción?”.