Volver, de Toni Morrison

Por Francisco Vélez Nieto
 
“A mis ochenta y un años, me siento atenta, vital, yo diría espléndida… cuan do escribo”
Toni Morrison
 
“A mis soledades voy, / de mis soledades vengo, / porque para andar conmigo
me bastan mis pensamientos” Inicio esta crónica de la novela “Volver” con estos versos de Lope, porque la historia que nos cuenta la Premio Nobel de Literatura 1993, Toni Morrison, es todo un poema en prosa. Y es que tan humana escritora muestra en su prosa el sentimiento lírico de una narración con contenido poético solidario del vivir diario tierno y conmovedor sabor literario, representa esa voz de calidad humana en la defensa y lucha constante con vehemencia y ternura por las mujeres de raza negra, color y dolor. Ese sufrimiento y a la vez clamor en la disputa por de derechos humanos que no se resisten a reconocer fronteras y privilegios constituidos según el color de la piel, que en la actualidad, cada día que transcurre se palpan más marginados del mundo.
“Volver”, su más reciente obra editada en español por Lumen en una buena traducción de Amada Diéguez, la autora con ochenta años de vida palpitante cumplidos y con espíritu de denuncia no decaído. Muestra es esta reciente narración el logro y equilibrio de mantener lo que a lo largo de toda su obra ha venido creando solidariamente como se halla patente y vivo en sus novelas “Sula”, “Ojos Azules”, “Beloved” o “La Canción de Salomón”.
La historia transcurre allá por los años cincuenta del pasado siglo. Han transcurrido unos sesenta años y en la Casa Blanca el presidente de los Estados Unidos actualmente es negro, algo que para muchos puede, pese a su segunda reelección, les resulta insólito, pero es una realidad indiscutible, pues socialmente las cosas van cambiado y el negro ya no es un perseguido, aunque en ciertas clases sociales en poder del blanco mantenga su pulso de raza superior y la manifieste cuando cualquier oportunidad, que no falta, en manifestarlo. Pero una realidad imparable continúa su andadura. Esta no es otra que la suma de hispanos y negros resulta ser el factor principal a tener en cuenta por los dos poderosos partidos: Republicanos y demócratas.
“Volver” cuenta con el principal protagonista Frank, un joven negro castigado en su propia persona por la segregación racial, la miseria y la explotación hasta la más indignante y crudeza social. Frank regresa licenciado de la Guerra de Corea donde incluso ha ganado una medalla por una acción valiente, de nuevo se encuentra con la realidad del país donde, como ciudadano, ha expuesto su vida en una guerra más que discutible. Algo que lo conducirá por el camino de alcoholismo hundiéndolo al fracaso en su matrimonio una desgracia de aquello que podía significar una esperanza de estabilidad. A la que se suma la vuelta a casa traumatizado por los horrores de la guerra, cuestión de perenne actualidad en la narrativa norteamericana. Que por su propia y dolorosa realidad se encuentra en literatura de la América profunda.
Frank es el hombre marcado con el peso de la derrota personal que desea poder salir del círculo vicioso y atormentado donde se debate esperanzado por lograr encontrarlo en el hogar que compartió con los suyos, una familia más cargada de humillaciones y sumida en la marginación. Y pese a sus propios fracasos, asume el compromiso de ayudar a su querida y pequeña hermana, casada con un chulo que la abandonó a los pocos días de la boda. Se coloca de asistenta con un extraño y demoníaco médico que experimenta con ella especiales experimentos exploratorios que terminan por destrozarle el organismo. Y este negro derrotado asume salvar a esa frágil hermana víctima con él de la perseguida desgracia. Y con ella lucha y sueña, por eliminar todo lo vívido, volver a la humilde y sencilla vida de marginados en su lugar querido donde soñaron con caballos en su niñez.
Francisco Vélez Nieto escribe desde España
ARGENPRESS CULTURAL

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