Teresa Gurza.
Un abrazo querido Rolando…
En diversas ocasiones pregunté a Rosa Isela Flores, encargada en el municipio de Atlatlahucan del programa federal “70 y más”, sobre los requisitos para entrar y siempre respondió: “hace más de dos años no hay inscripciones”.
Finalmente sugirió, “desengáñese usted misma y venga el 28 de febrero que estarán acá los de Sedesol pagando a los ya inscritos”.
Llegó el día y aquí estoy, acalorada y desengañándome, en el auditorio municipal sentada entre decenas de viejitas y viejitos pobres, curtidos y arrugados, muchos con bastón.
Escucho conversaciones y capto que hay más desengañadas.
“Vine a ver si ora sí apuntan a mi papá”, comenta una mujer antes de oír que no, que ya dijeron mil veces que no habrá inscripciones porque no hay fondos.
“Sólo el de arriba sabe, dice señalando al cielo, si es cierto o puro engaño”.
Cerca de 600 ancianos aprobados cuando el programa inició, hacen ahora dos filas; en la primera empleados de Sedesol, checan documentos; en la segunda les pagan los mil pesos correspondientes a dos meses de ayuda, que guardan con ansiedad temblorosa.
Inquiero a los promotores José Luis Durán y Keyvin Crespo, la razón para el cierre de inscripciones.“No sabemos”, contestan de mal humor; “ya hemos repetido muchas veces que cuando abran se avisará; por ahora no hay fecha…”
Ven que escribo cuanto dicen y preguntan la razón y al saber que soy periodista, semblantes y voces se suavizan y anuncian que las inscripciones volverán en abril o mayo.
¿Y porqué si fueron suspendidas hace dos años, no informan eso por televisión y sigue la publicidad? ¿Y porqué las reabren justamente en vísperas de elecciones?, indago.
“Pregúntele a la Sedesol”, responden.
Salgo del auditorio pensando que éste, es otro más de los programas incumplidos de Calderón.
Que es indignante se autopromueva leyendo cuentos, montando un caballo enano, manejando cualquier cosa, o disfrazado de cualquier otra, en lugar de asignar esos recursos a ancianos que se deprimen por ser carga para sus familias.
Y que urge implementar otra forma de pago para evitarles gastos y traslados; necesariamente acompañados por hijos o nueras que faltan al trabajo.
En el estacionamiento del auditorio, hay ocho vehículos; dos tienen en los parabrisas carteles de propaganda a favor de Adrián Rivera, precandidato del PAN al gobierno de Morelos.
A pocas cuadras, el PRI compite con una enorme ‘pinta´: “la oficina de enlace del PRI ofrece clases gratuitas de zumba, aerobics y karate. Inscripciones abiertas”.
No puedo dejar de pensar en la desigualdad patente entre esos viejitos que esperan horas para recibir 500 pesos mensuales y lo que muestran recientes notas de prensa:
Los pocos mexicanos más ricos consumen el 57 por ciento de los bienes del país, los 22 millones más pobres el tres punto ocho.
Dependencias federales presumen “guardaditos” de varios miles de millones de pesos.
Hay deficiencias graves en desayunos escolares y el Seguro Popular; programas que no han salido muy bien que digamos, en recientes auditorias.
Millones de niños no han recibido siquiera, las vacunas del cuadro básico; y la SEP panista incumple metas para rescatar escuelas en pésimo estado, a las que asisten los marginados.
Entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, México y Turquía encabezan la población sin estudios de Preparatoria.
Hay pérdidas enormes en la Comisión Federal de Electricidad y Pemex; y salieron del país, de 47 mil millones de dólares de “dinero obscuro”.
Pese a la millonada gastada por el presidente, fracasaron su combate al narco y la prevención de delitos.
Josefina Vazquez Mota dispone de tres millones diarios para su campaña presidencial.
Se fabrica una silla de caoba con incrustaciones de oro de 14 kilates, para que Benedicto XVI se siente pocas horas.
Y el personal del IFE, se aprueba un bono electoral de dos meses; y sus nueve consejeros
ganarán este año casi 37 millones de pesos.
Por lo anterior y por mucho más, me parece justo lo escrito por Rolando Cordera en La Jornada:
“La legitimidad del Estado en una democracia depende de su eficacia para demostrar en los hechos y conforme al derecho, que su gobierno responde a todos y piensa en y para todos… La autoridad política deriva de que este compromiso primordial, se valide y renueve todos los días. Y es esto, lo que Calderón ha echado por la borda”.