Las clínicas que practican abortos de Virginia enfrentan un importante revés luego de que la junta de salud del estado revirtiera una decisión que las exoneraba de rigurosos códigos de construcción.
La reglamentación en cuestión es similar a la impuesta en hospitales y rige todos los aspectos, desde el tamaño de los armarios de los porteros al ancho de los pasillos. Algunas clínicas de Virginia afirman que las normas podrían obligarlas a cerrar debido a los costos de las reformas.
La revocación de la junta se dio posteriormente a lo que los críticos califican como una actitud abusiva del fiscal general del estado, que rechazó una decisión de junio en virtud de la cual se exoneraba a las clínicas existentes de la reglamentación y sostuvo que la junta se había extralimitado en su autoridad.
Ken Cuccinelli había dicho a integrantes de la junta que no podían exonerar a las clínicas y les advirtió que serían personalmente responsables si los demandaban luego de desoír su consejo.
La ley de Virginia es parte de una oleada nacional de leyes de reglamentación de proveedores de abortos (TRAP, por su sigla en inglés) orientadas a impedir el acceso a la interrupción del embarazo.
Fuente: Democracy Now!