Cristo Morado recorre calles de Baltimore

La imagen del Cristo Morado recorrió las calles de Baltimore. Foto: Juan Hidalgo.

Por Juan Hidalgo

Por unas horas en una tarde nublada de noviembre, Baltimore, Maryland se convirtió este domingo en un pedazo de Lima, al homenajear a la venerada imagen de el Señor de Los Milagros, en un recorrido que congregó a cientos de fieles del Cristo de Pachacamilla, que pudieron expresar sus plegarias y agradecimiento sin importar las distancias que tuvieran que recorrer para no perderse el evento.

Fue así que el incienso, la banda de música y los purpurados de diversas hermandades del Señor de los Milagros, se dieron cita para acompañar la marcha del Cristo Morado, cuya historia está llena de anécdotas y milagros, desde que se inició su homenaje allá por 1687 durante la época colonial peruana bajo el yugo español.

Ni el frío ni la llovizna pudo evitar que feligreses procedentes de Maryland, Virginia y Washington DC acudieran a la peregrinación alrededor de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, entre las calles Conkling, Fleet y Foster, en Baltimore, dentro de un ambiente donde no podía faltar la tradicional comida peruana común a esas fechas como los anticuchos, picarones, la mazamorra morada, entre otras delicias de la cocina limeña.

Cuenta la leyenda que la veneración al Cristo Morado se originó luego que la imagen de Jesucristo en la cruz fue pintada por un esclavo de origen africano en una pared de adobe del pueblo de Pachacamilla, en las afueras de Lima. En 1655 un terremoto devastador destruyó la mayoría de viviendas de Lima y Callao, sin embargo, dicha imagen se mantuvo en pie, lo cual fue atribuido a un milagro.

Desde entonces la imagen del Señor de Milagros es venerada con devoción, y pese a sufrir varios intentos de prohibición de parte de las autoridades virreinales, terminó por imponer su culto hasta celebrar su primera misa en 1671 y convertirse con el paso del tiempo en la mayor celebración religiosa del mundo, por lo que cada mes de octubre la capital peruana se convierte en una gigantesca marea morada.

Una costumbre religiosa de cientos de años. Foto: Juan Hidalgo.
Deliciosos platillos fueron preparados por expertas. Foto: Juan Hidalgo.
Llamativos recuerdos para llevar a casa. Foto: Juan Hidalgo.

Artículos Relacionados