Por Ramón Jiménez
En el transcurso de un diálogo que tuvo lugar este jueves en el instituto de investigación Inter-American Dialogue en Washington, D.C., el candidato presidencial del conservador partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Carlos Calleja se retractó de controversiales declaraciones que hace algunas semanas dio a medios de prensa de su país, en referencia al asesinato del arzobispo de San Salvador Monseñor Oscar Arnulfo Romero hace 38 años.
Supuestamente, Calleja dijo que señalar al mayor Roberto D’Aubuisson como el asesino de Monseñor Romero “es una gran especulación”. En términos similares se ha expresado su compañera de fórmula, Carmen Aída Lazo, por lo que sus críticos los han tildado de “preocupante ignorancia e irresponsabilidad”.
Sin embargo, el candidato presidencial sostiene que hubo mala interpretación a sus palabras, al ser interrogado por uno de los asistentes al diálogo en la capital estadounidense (Mario Velásquez).
“Estaré celebrando que tendremos un santo el 14 de octubre y realmente tengo la esperanza que por primera vez en mucho tiempo podamos usar su figura para unificar y no dividir una nación que necesita unidad; sé que si estuviera vivo eso es lo que él querría”, enfatizó Calleja a manera de suavizar lo que él considera fue una mala interpretación de lo que dijo.
“Estoy cien por ciento seguro, de acuerdo con la iglesia católica, y estoy de acuerdo en que el caso de Monseñor Romero debe ser estudiado y debemos llegar a la verdad; yo creo en la verdad, me he reunido con sacerdotes de la UCA [Universidad Centroamericana José Simeón Cañas] y todos estamos de acuerdo al respecto”, agregó.
Reconoció además que es fanático de Monseñor Romero y que su política está basada en su visión inclusiva. Hizo un llamado para que se llegue a la verdad, pero no la verdad política porque siempre sale a la luz durante las elecciones.
Pero los ánimos se caldearon cuando el activista comunitario Lindolfo Carballo narró que en la década de los años 80 era un estudiante de la Universidad Nacional de El Salvador y fue arrestado con otros 300 estudiantes durante dos días solamente por defender su educación, y que un año después fue secuestrado y torturado durante tres días por la Policía Nacional, motivo por el cual tuvo que emigrar hacia Estados Unidos.
Eran los tiempos en que gobernaba Alfredo Cristiani, el primer presidente de la república por el partido Arena (1989-1994), a quien siguieron otros tres presidentes de ese instituto político hasta 2009.
Carballo preguntó a Calleja que si estaría dispuesto a disculparse en nombre de su partido por lo que le hicieron a él y a cientos de turturados por el gobierno de Arena. Pero Calleja respondió que no es el vocero de ese partido, aunque siente lo que le ocurrió a Carballo y a todos los salvadoreños que pasaron esa situación.
“No puedo disculparme por el partido pero lo puedo hacer por mí, de un ser humano a otro”, respondió el candidato presidencial, lo que enfadó a Carballo.
