Señalan poco rol de la Iglesia Católica en la reconciliación de Nicaragua

Coleen Littlejohn durante un conversatorio en Silver Spring, Maryland. Foto: Ramón Jiménez.
Por Ramón Jiménez
Para la activista, escritora y exfuncionaria del Banco Mundial, Coleen Littlejohn la Iglesia Católica de Nicaragua ya no desempeña el mismo rol de reconciliación que tuvo en las décadas de los años setenta, cuando los sandinistas tomaron el poder tras derrocar al dictador Anastasio Somoza Debayle.
La misma actitud siguió durante los primeros diez años que gobernaron los sandinistas hasta los noventa, cuando sorpresivamente asumió el poder la presidenta Violeta Chamorro, seguido por Arnoldo Alemán y finalmente Enrique Bolaños, quien concluyó su periodo en 2007. Luego volvió a gobernar Daniel Ortega, y desde entonces se mantiene en el poder.
Aunque Littlejohn reconoce que ese país es un Estado seglar, uno de los más influyentes jerarcas de la Iglesia Católica en esos años —cuando había que lidiar con alguna crisis política— fue el fallecido cardenal Miguel Obando y Bravo, quien desempeñó un importante rol antes, durante y después del ascenso de los sandinistas al poder en ese país, que es el más grande de los cinco países centroamericanos, donde El Salvador cabe unas siete veces.
El papel del cardenal Obando y Bravo fue crucial como mediador a finales de los ochenta, para que finalizara en una negociación política la intervención de Estados Unidos a través de los Contras; papel mediadior que tanto el Gobierno sandinista como los Contras siempre han reconocido.
“En la actualidad Nicaragua es como una secuela del rol que tuvo la Iglesia; ya que solo una parte está trabajando en la reconciliación del país; ya no sucede lo mismo que antes”, dijo Littlejohn, durante un conversatorio este martes en Silver Spring, Maryland.
Uno de los factores que está incidiendo podría ser que el número de seguidores de las iglesias evangélicas ha crecido significativamente, por lo que la Iglesia Católica ya no representa a todos los nicaragüenses.
Según datos de la Librería del Congreso de Estados Unidos en la década de los años sesenta alrededor del 96 por ciento se consideraban católicos; número que se ha reducido drásticamente a solo el 58 por ciento en el año 2005. Y más bajo aún este 2019 cuando los católicos nicaragüenses solamente suman el 44.3 por ciento, mientras que los evangelistas alcanzan 55,4 por ciento, según datos de la firma M&R Consultants.
Después de vivir en varios estados de la Unión Americana como Nueva York, Georgia, Carolina del Sur —por cuestiones relacionadas con su trabajo como funcionaria del Banco Mundial— Littlejohn también estuvo relacionada con comunidades de refugiados en Haití y en Liberia, en el occidente de África, en la década de los ochenta.
En la actualidad vive en Nicaragua, a pesar de las versiones que circulan en el exterior sobre lo que está ocurriendo en su país, cuyo gobierno encabezado por el presidente Daniel Ortega Saavedra, estuvo a punto de caer por medio de un Golpe de Estado en abril de 2018; movimiento liderado por fuerzas opositoras con apoyo abierto o encubierto de la derecha internacional y funcionarios estadounidenses. Hoy en día esas fuerzas opositoras han bajado la guardia.
“Nicaragua no es el mismo país del cual se me había hablado durante muchos años”, apuntó Littlejohn, quien esta semana sale de regreso para el país de los grandes lagos Cocibolca y Xolotlán, donde se siente muy bien a pesar de todo lo que se diga de su país en el exterior.

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