Monumentos en honor a la historia racista de la nación están siendo derribados en varios estados después de haber sido atacados por manifestantes durante la semana pasada.
El miércoles, la ciudad de Filadelfia retiró una estatua del ex jefe de policía y alcalde de la ciudad Frank Rizzo, conocido por sus políticas racistas, solo unos días después de que los manifestantes intentaran derribarla e incendiarla. El alcalde de Filadelfia, Jim Kenney, dijo: “La estatua representó el fanatismo, el odio y la opresión para demasiada gente, durante demasiado tiempo”.
En Virginia, se esperaba este miércoles que el gobernador Ralph Northam ordenara la retirada de una estatua del general confederado Robert E. Lee del terreno del Capitolio estatal en la ciudad de Richmond, después de que fuera vandalizada durante las protestas.
En Birmingham, Alabama, los manifestantes derribaron una estatua del oficial confederado Charles Linn y destrozaron un monumento conocido como el Monumento a los Marineros y Soldados Confederados. Tras la medida, el alcalde de Birmingham, Randall Woodfin, ordenó retirar la estatua derribada.
En Nashville, la capital de Tennessee, los manifestantes derribaron una estatua de Edward Carmack, un político y editor de periódicos racista que incitaba a la violencia contra la periodista y líder en la defensa de los derechos civiles Ida B. Wells por sus reportajes sobre linchamientos.
En Los Ángeles, manifestantes exigen el procesamiento de policías
Los concejales proponen recortes en el presupuesto policial.

En el estado de California, una multitud de manifestantes pacíficos se reunió el miércoles en el Centro Cívico de Los Ángeles para acusar a la fiscal de distrito de Los Ángeles, Jackie Lacey, de no procesar a los oficiales de policía acusados de conducta indebida.
Las protestas se produjeron cuando el Concejo de la ciudad presentó una legislación que recortaría hasta 150 millones de dólares del presupuesto del Departamento de Policía de Los Ángeles y desviaría los fondos hacia programas de salud y educación para las comunidades de color.
Más de 200 empleados de la alcaldía de Nueva York exigen “cambios radicales”
Los cambio incluyen recortes presupuestarios a la Policía.

Continúan las protestas masivas en la ciudad de Nueva York. En el barrio Upper East Side fueron cerradas algunas cuadras el miércoles mientras una multitud de personas realizó una sentada afuera de Gracie Mansion, la residencia del alcalde Bill De Blasio.
Mientras tanto, más de 200 empleados y exempleados del alcalde firmaron una carta abierta. Sus demandas incluyen recortar el presupuesto de la Policía en 1.000 millones de dólares y reasignar el dinero a servicios sociales, incluyendo subsidios para viviendas y ayudas para el pago de alquiler, asistencia alimentaria y atención sanitaria. La carta también pide el despido de los oficiales de policía que han usado fuerza excesiva durante las protestas.
En otras noticias de Nueva York, un afroestadounidense de 35 años llamado Jamel Floyd ha muerto después de que los guardias le rociaran gas pimienta dentro del Centro de Detención Metropolitano en Brooklyn. Floyd estaba detenido en dicha cárcel desde octubre de 2019.
Fuente: Democracy Now!