Amazonas en Los Ángeles

Por Milagros Lizárraga

“Sólo Dios sabe mi destino y lo que estoy haciendo. Ahora estoy acá, mañana estaré en otro lado. Sé que tengo que seguir viajando, me siento libre para abrir el camino para los demás”, nos dice Olinda Silvano, presidenta de la comunidad Shipibo Conibo de Cantagallo, artista y activista.

Hace 23 años los emigrados de la comunidad amazónica Shipibo Conibo en Lima se establecieron en Cantagallo, en las cercanías del río Rímac, de la feria del libro Amazonas, de Palacio de Gobierno y del Congreso del Perú. Ellos aún no tienen título de propiedad lo que los hace sentir mal; los niños necesitan apoyo, recalca Silvano, quien continúa diciendo: “Después de mucha lucha y trabajo hemos conseguido tener agua, la luz eléctrica viene de terceros y abusan de nosotros, falta cable pero también es costoso. Agua no nos daban porque no teníamos título de propiedad, pero el agua es vida, no te lo pueden negar, pero piden pues esto (hace señal de dinero con la mano)”.

Cantagallo fue afectado por un incendio de grandes proporciones en el 2016, por lo que la comunidad Shipibo tuvo que reubicarse temporalmente. En el 2019, después de haber esperado pacientemente las promesas incumplidas del gobierno, regresaron a reconstruir su comunidad por sus propios medios.

La visibilidad de la comunidad Shipibo Conibo en la capital del Perú poco a poco se va haciendo más palpable a través de los numerosos murales y obras de arte que adornan diferentes distritos limeños, hechos por las manos de estos artistas peruanos que logran captar el mundo invisible y materializarlo en sus diseños.

“Hay personas que nos discriminan. ¿Por qué no regresan a su tierra? Nos dicen, pero Perú es mi tierra, Lima es mi tierra; yo soy peruana, no soy extranjera. Los extranjeros me tratan mejor que en mi país, no es justo”, dice Olinda Silvano desde la avenida Springs en Los Ángeles, California, donde está haciendo una muestra y venta del arte propio de las mujeres de su comunidad.

“Trabajamos con mujeres, en el pasado hemos hecho una exposición con 30 mujeres luchadoras que muestran su visión de Cantagallo, cada una dio 3 piezas, fue una exposición muy grande, me gustaría hacer también algo así aquí con 30, 40 mujeres, porque cada persona es diferente”, prosigue Silvano mientras explica los diseños geométricos del arte Shipibo, “significa la Yacumama —víbora de la tierra o del agua; madre de la tierra y del agua, que cuando está en el monte hipnotiza, te hace ver visiones. La Yacumama es importante, mantiene el agua, la tierra, y también se ve en visión del Ayahuasca que te hace entrar a otro mundo… ves colores del Kené, viene un rayo de arriba pero si te tumba tienes que levantarte y agarrar esa fuerza, tienes que aguantar, por eso algunos gritan de miedo, de lucha…”

Olinda Silvano, cuyos hijos están en la universidad y para los cuales trabaja, así como para su comunidad, ha pintado en Rusia, Madrid, Toronto, entre otras ciudades y esta es la segunda vez que llega a Los Ángeles. 

Olinda percibe a los peruanos en EE. UU. como personas muy amables, le dan hospedaje, movilidad, la hacen sentir en casa; la comunidad peruana en EE.UU., al igual que la comunidad Shipibo de Cantagallo, tiene en común el que a pesar de haber emigrado ambas mantienen su lengua, cultura y origen, por lo que se hace más fácil la identificación con el sentimiento de Olinda.

“El Perú está en crisis, poco a poco está saliendo, hay mucho problema, tanta gente que ha muerto están con dolor y no debería ser así porque somos humanos, pero hay personas que no les duele porque quieren estar en el poder. Hay que buscar solución nosotros mismos porque si nosotros no lo hacemos… ¿Quién lo va a hacer? Hay que pedir calma a Dios todopoderoso y que continuemos los peruanos unidos sin rival». 

En Cantagallo estamos trabajando a diario, bordando, pintando, cantando, dando talleres, porque el arte es el único que nos saca adelante. Con su arte las mujeres son emprendedoras y empoderadas”, señala Olinda Silvano, a la vez que invita a los que deseen sumarse a apoyar a su comunidad de Cantagallo.

“Hay que apoyar a la gente, dar y recibir; yo hago eso, apoyo a la comunidad”, termina diciendo Silvano, a la vez que da su número de teléfono donde pueden contactarla: +51 959248445.

Vanessa Figueredo, compatriota peruana a quien encontramos junto a Olinda Silvano en la exhibición en L.A, es residente en EE UU desde 1995, fundadora y directora general  de la ONG “Comunidad” en Lima y de otra similar en EE UU, a través de las cuales ayuda a comunidades indígenas como la de Cantagallo. Los proyectos que “Comunidad” ha trabajado con Cantagallo son un comedor popular, han construido 4 aulas para la “Escuela Intercultural Bilingüe Shipibo Konibo de Cantagallo”, 4 casitas para personas necesitadas, contribuyen con ollas comunes en Cantagallo y Pamplona Alta y están trabajando con el tópico de enfermería que es mantenido por una de las voluntarias que vive en la misma comunidad, así mismo, están trabajando con lo niños de Cantagallo con talleres de apoyo emocional. 

La ONG “Comunidad” de Figueredo necesita voluntarios y también está abierta a todo aquel que desee poner el hombro.  El Contacto de la ONG Comunidad es: peru.comunidad@gmail.com Tlf. en California:  909-248-5631.

 

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