América Latina debilitada recibe a un Trump enardecido en Cumbre de las Américas

Por Santiago D. Távara

América Latina, con gobiernos debilitados por el escándalo de corrupción relacionado con la empresa brasileña Odebrecht, se encuentra con un vacío de liderazgo para frenar la retórica del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que insiste en la construcción de un muro en la frontera con México para frenar la inmigración indocumentada y el narcotráfico.

Trump, quien participará con mandatarios de la región en la Cumbre de las Américas que tendrá lugar el 13 y 14 de abril en Lima, buscará promover las inversiones a Estados Unidos frente a China, buscar el apoyo regional frente a la crisis en Venezuela y mostrar su visión para la región latinoamericana en un encuentro caracterizado en versiones anteriores por falta de acuerdos concretos, según reportes de prensa.

Hace unos días, un panel de expertos analizó en Washington la visita de Trump a la región. En el foro con periodistas participaron Jason Marczac, director del Centro para Latinoamérica Adrienne Arsht, del Atlantic Council, y Michael Schifter, de Diálogo Interamericano, entre otros.

Las conclusiones de los expertos son cautelosas porque en la Cumbre organizada por la Organización de Estados Americanos (OEA), usualmente no se logran acuerdos concretos, sino más bien las mejores intenciones sobre el tema del encuentro que tiene como tema “Gobernabilidad democrática frente a la corrupción.

Trump se encuentra enfrascado en un enfrentamiento con México por la caravana de inmigrantes centroamericanos que viajan rumbo a Estados Unidos en busca de una mejor vida de sus países afectados por la violencia de las pandillas, el narcotráfico y la pobreza.

Sin embargo, los gobiernos latinoamericanos carecen de fuerza suficiente para buscar un consenso en el marco de la cumbre con una disminución del liderazgo de Brasil y Argentina por las investigaciones de corrupción de funcionarios públicos.

El propio país anfitrión, Perú, cuenta ahora con un nuevo presidente, Martín Vizcarra, luego de la renuncia en marzo de Pedro Pablo Kuczynski tras de la difusión de videos que mostraba un intento de compra de votos de congresistas para evitar su destitución por corrupción.

Un esperado “encontronazo” entre Trump y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, durante el desarrollo de la cumbre se ha disipado. Perú, bajo el nuevo gobierno de Vizcarra, reiteró el retiro de la invitación a Maduro quien desistió de sus intenciones de viajar de todos modos.

Lo que llamará la atención será posiblemente una última foto de Trump y el presidente de Cuba, Raúl Castro, saludándose en los eventos de la cumbre, aunque las relaciones entre ambos países han retrocedido en comparación con el acercamiento durante la presidencia de Barack Obama.

Será el último encuentro internacional de Castro, quien pasará el mando al segundo del gobierno, Miguel Díaz-Canel.

Al final, lo que puede generar más noticias en término de sustancia puede ser luego de la cumbre en el encuentro de Trump con su homólogo Juan Manuel Santos en Colombia el 15 de abril para tratar el tema de la crisis en Venezuela por el tema de las elecciones, la escasez de alimentos y la migración masiva de venezolanos a otros países.

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