Por Fabiana Arencibia
Con un índice de inflación manipulado por la intervención del INDEC, los datos que componen las canastas básicas con las que se mide el nivel de pobreza e indigencia son irreales. Se ocultan así más de 9 millones de pobres y más de 4 millones de indigentes, es decir, que pasan hambre.
Los últimos datos del INDEC mostraron que en julio una familia tipo (padre, madre y dos hijos) puede alimentarse durante un mes con 688,4 pesos, o sea 6 pesos por persona y por día. Si le alcanza con ese dinero, entonces no se considera indigente. Y si además llega a cubrir alimentos, esparcimiento, viáticos, vestimenta, salud y educación con 1.528,6 pesos mensuales, es decir con 13 por día por cada integrante, ya no es pobre.
Que las canastas no tienen nada que ver con la realidad parece ser un descubrimiento reciente de los medios opositores al gobierno. Por su parte, los medios oficialistas trataron de justificarlas o ningunearlas.
La justificación llegó rápidamente con una promoción de la cadena de supermercados Carrefour, publicitando que con 6,99 pesos diarios se puede comer. Aunque esa promoción, en caso de que haya stock (cosa que casi nunca sucede) está llena de restricciones: corre del 13 al 26 de agosto, no se pueden comprar más de 10 productos de la lista de 36, sólo una unidad por producto, no más de un kilo en caso de verduras y frutas y una sola canasta por familia. “Yo tengo cámaras acá, si ven que te vendo hoy y volvés mañana y te lo vuelvo a vender me retan a mí”, confesó una empleada del supermercado a un periodista de plazademayo.com
Enojada por lo de los “6 pesos por día”, la actual directora del INDEC, Ana María Edwin, acusó a un “presunto periodista que se ha infiltrado en el INDEC a lo largo de toda su vida, de nombre Ismael Bermúdez” del multimedio Clarín, de sacar información para hacer una operación mediática.
En un reportaje de la Agencia Paco Urondo (de línea oficialista) dijo: “Nosotros somos sumamente críticos de esta canasta”, pero no explicó por qué el gobierno la sigue utilizando para medir la pobreza y la indigencia en nuestro país. Agregó que “el INDEC nunca ha difundido ni difundirá que se necesitan seis pesos para que una persona coma por día”.
Con un tinte macartista (trayendo a colación que Bermúdez es hermano de Jorge Altamira, dirigente del Partido Obrero) afirmó sin sonrojarse que el periodista “ha descubierto esto de hacer una división simple para tornar en un hecho mediático lo que el INDEC no dice”.
Subestimando el sentido común, la inteligencia y sobre todo a una realidad que vivimos todos –la del aumento constante de precios -, pretendió poner el eje en el cálculo matemático para cuestionar lo incuestionable y defender lo indefendible.
El equipo de trabajo del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP) que coordina el diputado Claudio Lozano (presidente del bloque Unidad Popular e integrante de la CTA), viene desarrollando mediciones con las cuales estima que la Canasta Básica Alimentaria (CBA) estaría rondando 2.251 pesos mensuales y la Canasta Básica Total (CBT) 4.152 pesos, es decir, un 227% y un 172% por encima de las canastas publicadas por el INDEC, respectivamente.
“La metodología utilizada para estas mediciones es tomar la última canasta que había preparado el propio INDEC para medir ambas cosas y actualizarlas no por los precios del INDEC intervenido sino tomando en cuenta aquellas direcciones de estadísticas provinciales que manejan evoluciones de precios que realmente son mucho más creíbles y confiables, sobre todo teniendo en cuenta que estas direcciones y estadísticas provinciales, cuando el INDEC funcionaba de manera normal, tenían una evolución de precios similar al INDEC nacional”, comentó Lozano.
Tomando estas cifras cercanas a la realidad de los que somos consumidores, los pobres en Argentina, que según el gobierno son poco más de 3,3 millones (8,2%), superarían 12 millones (31,5%). Y los que están en la indigencia pasarían de casi 1 millón (2,4 %) de personas a 5 millones (12,8%). O sea, se cuadriplicarían.
Estos datos son aún menores que los que arroja la carrera de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires, que ha tomado los componentes de una dieta calórica mínima para establecer los importes de referencia de la canasta de indigencia.
En una entrevista realizada en el programa Los Locos de Buenos aires (FM La Tribu) al diputado por el Frente Amplio Progresista Roy Cortina, comentó que a fines de julio, antes que se conociera el dato del INDEC, realizaron un relevamiento de los precios que componen la canasta básica de alimentos para los jubilados.
Tomaron los alimentos que según el organismo la conforman (50 ítems) los cuales en el sitio del INDEC no tienen precios de referencia en forma individual sino que en conjunto totalizan 180 pesos mensuales. O sea que un jubilado hace sus cuatro comidas diarias con 6 pesos (cifra equivalente al último aumento recibido por los trabajadores pasivos en sus haberes).
“Varias bolsas de pan, papa, 6 litros de leche, 2 paquetes de vainillas, 2 paquetes de fideos, 1 paquete de harina y con eso comería un jubilado en todo el mes “, afirmó Cortina.
Constataron los precios en un supermercado de la Ciudad de Buenos Aires, eligiendo la marca más barata y eso arrojó 530 pesos. Con los 180 solo llegaban al alimento octavo en la lista.
“Hay un intento de terminar con la pobreza en las estadísticas”, afirmó. Y agregó que este gobierno ha invertido la ecuación de solidaridad de la jubilación pública, de los trabajadores activos con los jubilados. “Los que tienen que ser solidarios son los jubilados pero con los déficits de las cuentas públicas del país a costa que no puedan cobrar jubilaciones dignas”, señaló.
Nada nuevo
Quienes venimos siguiendo los valores CBA y la CBT, con las cuales se mide la indigencia y la pobreza, podemos decir que esto sucede desde que el organismo fue intervenido y se comenzaron a violentar las metodologías que se usan para tomar las muestras de precios que componen esas canastas.
Ninguno de los medios de las “corpos” enemigas del gobierno y menos aún los oficialistas y los públicos-gubernamentales, han recurrido a los trabajadores organizados en ATE-INDEC que vienen denunciando esta situación desde hace muchos años.
Hace 5 años, quien tenía a su cargo el cálculo de la pobreza e indigencia dentro del INDEC, fue desplazada de su tarea. Cynthia Pok era entonces directora de la Encuesta Permanente de Hogares.
En ese momento, los trabajadores del organismo estadístico resolvieron hacer un paro que duró 45 días, para repudiar la medida tomada contra Pok. Hubo en represalia 13 despedidos que finalmente lograron, a través de la lucha de sus compañeros de ATE INDEC, ser reubicados. Ese compromiso fue una de los acuerdos que figuran en tres actas firmadas entre el Ministerio de Economía, la Jefatura de Gabinete, la CTA y ATE. Salvo ese punto, el resto de los acuerdos nunca se cumplió.
Uno de los firmantes de las actas fue el actual Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, quien el mes pasado, en el Congreso Nacional, interpelado por las diputadas Graciela Iturraspe (Unidad Popular) y Alcira Argumedo (Proyecto Sur) sobre la situación de los trabajadores del INDEC y esas actas dijo: “Córtenla, el INDEC No está intervenido”.
Sin embargo, lo que Abal Medina no pudo explicar fue cuál es la idoneidad profesional, la experiencia en estadísticas o cuáles fueron los concursos públicos ganados por quienes ocupan hoy cargos en el INDEC, como el de la desplazada Cintia Pok.
En un comunicado de 2009 – uno de los tantos dados a conocer por los trabajadores de ATE INDEC – los trabajadores denunciaban la crisis técnica, institucional y laboral del organismo iniciada en enero de 2007 a raíz de la intervención comandada por el secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Comenzaron por el área del Índice de Precios al Consumidor (IPC), luego se extendieron a otros programas del Instituto (Pobreza e Indigencia, Estimador Mensual Industrial, PBI, etc.), hasta llegar a ser total.
Se desplazaron directores, profesionales y equipos técnicos y operativos completos que se opusieron a la manipulación estadística, se despidieron a algunos de ellos, el hostigamiento a los trabajadores se tornó permanente, imponiendo rebajas salariales, sumarios y causas judiciales, y múltiples represalias, incluyendo la presencia de una “patota” reclutada para el amedrentamiento de quienes denunciaban la intervención.
Entonces denunciaban la instalación de cámaras filmadoras en pasillos, oficinas y donde se realizan las asambleas del personal, los monitores de las cámaras a disposición de los grupos de choque, los micrófonos, etc.
“Insistimos en que la salida de la crisis institucional del INDEC y la recuperación de las estadísticas públicas dependen de poner fin a la Intervención, a la manipulación de los datos y a la persecución interna de los trabajadores que se oponen a ella”, afirman los trabajadores
Bonus: Un ejercicio curioso
Sacando cuentas, un cibernauta argentino hizo el siguiente cálculo:
Desayuno $1: un saquito de café $ 0,85 (la caja de 20 saquitos cuesta $17) para usarlo en desayuno y merienda. Costo final $0.425. Una factura $ 1,50 para dividirla en tres partes (para aprovechar en merienda y próximo desayuno) Costo final $ 0,50 = Costo final desayuno: $ 0,925
Almuerzo $2: 1/2 Hamburguesa Paty «finitas» (el paquete por 2 sale $6,50) Costo final: $ 1,625 + 1/2 Salchicha «Panchín» (el paquete por 6 sale $ 4.29) Costo final: $ 0,3575 = Costo final almuerzo: $ 1,9825
Merienda $1: repetir desayuno aprovechando el saquito de la mañana y la tercera parte de la factura. Costo final merienda: $ 0,925
Cena $2: repite almuerzo aprovechando las mitades de la hamburguesa y la salchicha. Costo final cena: $ 1,9825
Bebidas: agua a gusto y nada de pan (está muy caro y engorda)
Su conclusión: el costo final diario de la dieta estaría en $ 5,815, razón por la cual no solamente estaría cuidando mi salud adelgazando un montón, sino que además tendré una capacidad de ahorro diario de $ 0,185 (para derrochar en las vacaciones).
Fuente: Red Eco/ARGENPRESS.Info