Buscando una vocación, en séptimo grado

Foto: NAM.
Foto: NAM.

Por Irene Florez

A Samantha Morales le gustaría ser cantante, profesora de música, abogada o tal vez diseñadora de modas, cuando sea mayor.

Samantha es estudiante de séptimo grado de la escuela intermedia Chamblee en Atlanta. Como le sucede a muchos jóvenes de su edad, ella tiene interés en muchas cosas a la vez y le cuesta trabajo identificar sus aptitudes y debilidades.

“Siempre me ha gustado aprender cosas nuevas”, dice. “El año pasado, por ejemplo, tuve la oportunidad de darle un vistazo a las carreras tecnológicas y a la carrera de odontología. Me parecieron muy interesantes.”

Samantha, sin embargo, tendrá que decidirse por una carrera a principios del otoño, independientemente de si sabe lo que quiere o no.

Esto porque así lo exige el nuevo programa estatal trayectorias profesionales, Career Pathways, que empieza a aplicarse precisamente para la misma época. En este programa, los estudiantes de octavo grado tendrán que escoger una entre diecisiete trayectorias profesionales que deben seguir en la escuela secundaria.

La meta principal de este programa es preparar los estudiantes para la vida laboral, elevar las tasas de graduación y mantener los estudiantes enfocados en sus estudios.

 

Oportunidades para estudiantes inmigrantes

Trayectorias profesionales es una fuente de oportunidades para estudiantes inmigrantes, de acuerdo con lo que dice Déborah Santiago, directora y vicepresidente del área de políticas e investigaciones de Excelencia en Educación, una organización sin fines de lucro, que busca mejorar el nivel de educación de estudiantes latinos.

Déborah recalca que los latinos necesitan más ayuda que otros en la escuela para poder decidir que hacer al terminar sus estudios.

«El enfoque que da el programa trayectorias profesionales es muy efectivo porque las organizaciones e instituciones educativas están cooperando mutuamente para crear una atmósfera menos traumática», dice ella. «Para los estudiantes de color y para los estudiantes inmigrantes de primera generación este proyecto es aún más importante porque elimina la presión de escoger una carrera. El programa ya esta ahí, solo hay que seguirlo» continúa Santiago.

Las escuelas del condado DeKalb, donde Samantha estudia, pueden ser un buen indicador del impacto que el programa trayectorias profesionales puede tener en los inmigrante hispanos.

En el año escolar 2013-2014, el 15% de estudiantes de DeKalb eran hispanos. A nivel estatal, lo eran el 13% de los estudiantes PK-12, según el departamento de educación del estado de Georgia. En total, los hispanos son el tercer grupo étnico en las escuelas del estado, detrás de blancos y afroamericanos.

Los hispanos, sin embargo, ocupan el primer lugar en la tabla de abandono de estudios. En el año escolar 2010-2011 sólo se graduaron un 57% de hispanos. En comparación, el porcentaje entre afroamericanos fue del 59% y del 75% entre blancos.

 

Participación de la comunidad

En este momento en Georgia se están diseñando una serie de materias para estudiar que se identifiquen con los objetivos del programa trayectorias profesionales. Se incluyen temas para la escuela tanto intermedia como secundaria y que estén de acuerdo con los requisitos establecidos por el nuevo programa ‘Common Core’. Se espera tener todo listo para principios del otoño.

Las materias se integrarán y se centrarán alrededor del trayectorio elegido por los alumnos. De este modo, las clases de matemáticas y escritura, por ejemplo, se relacionarán directamente con las ciencias de salud o de la ingeniería.

«Cada ‘camino’ tiene un mínimo de tres cursos que han sido desarrollados por educadores K-12, de común acuerdo con propietarios de negocios, colegios técnicos, universidades, el departamento de creación de fuerza laboral de la gobernación y la cámara de comercio de Georgia» según Lynn Plunkett, consultora del departamento de educación del estado de Georgia para el programa trayectorias profesionales.

De acuerdo con Robert Schwartz, profesor emérito de la universidad de Harvard y líder en el desarrollo de programas como el de trayectorias profesionales, la estrategia consiste en crear programas de dos años.

«La idea es crear trayectorias profesionales en la escuela secundaria que se conecten con estudios posteriores, generalmente de dos años de duración».

En el año 2011 Schwartz participó en la redacción del reporte «Camino a la Prosperidad» que inició la discusión sobre cómo preparar a los estudiantes para el ingreso a la vida laboral. Hoy en día son 9 los estados que forman parte de esta discusión. Georgia, uno de los integrantes, ya usa el formato CTE (Educación para Carrera Tecnológica), que empieza con un conjunto de 16 trayectorios profesionales. Estos conjuntos van desde ciencias de la salud hasta temas energéticos y preparan a los estudiantes para ejercer hasta cuatro diferentes profesiones.

Defensores del programa trayectorias profesionales señalan el éxito alcanzado por programas similares en países como Alemania, Gran Bretaña y Suiza.

De ellos, Alemania tiene el récord más impresionante de transición de la escuela al trabajo, gracias al aprendizaje vocacional llevado a cabo en la escuela, al entrenamiento en las empresas y a la mentalidad de los dueños de negocios que estimula la contratación de jóvenes sin la experiencia suficiente, a bajo costo y por un tiempo limitado.

Georgia, por el contrario, no ofrece en este momento entrenamiento laboral y el apoyo del sector empresarial apenas está en proceso de desarrollo.

 

Universidad o empleo

Kent McGuire, presidente de la Fundación Educativa del Este, es optimista pero ve con preocupación el proyecto trayectorias profesionales.»¿Es un camino a la universidad, al empleo o a ambos? ¿Tienen las trayectorias el mismo valor? ¿Quién vigila el proceso? Todo sería un fracaso si los estudiantes no siguen los parámetros, si nadie les hace un seguimiento».

Oficiales de Georgia, sin embargo, aseguran que los estudiantes pueden pedir ayuda a sus profesores y consejeros. Aseguran también que es muy bueno que los estudiantes puedan empezar a explorar posibles carreras a una temprana edad.

Georgia desarrollará este programa sin incurrir en gastos extras porque utilizará empleados y entidades ya existentes actualmente. Carolina del sur, por el contrario, recibirá 28.6 millones adicionales, según lo que dice el periódico Journal-Constitution de Atlanta.

Samantha Morales, ha asistido a numerosas ferias de empleo y ya conoce muchas opciones, pero pasará mucho tiempo antes de que ella se decida por una carrera en particular. Como hija de madre soltera e inmigrante de primera generación, necesitará mucha ayuda de sus profesores y consejeros y su escogencia dependerá de la claridad del nuevo currículo.

«Estoy pensando en ingresar a la escuela de música Juilliard con una beca completa», asegura. «Pero después de graduarme de la escuela secundaria, lógicamente. Sin embargo, también me gustaría convertirme en abogada. Me gusta que son muy convincentes».

Fuente: New America Media

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