Por Isaac Cohen*
Estados Unidos y cuatro aliados, Gran Bretaña, India, Japón y Corea del Sur, anunciaron la semana pasada la venta de casi 65 millones de barriles de petróleo de sus reservas estratégicas, para frenar los crecientes precios del crudo cuando éstos llegaron a más de $80 por barril. El anuncio generó gran expectación sobre como reaccionarían los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo más Rusia, dado que éstos ya estaban aumentando levemente la producción en 400,000 barriles por día cada mes.
Sin embargo, antes de que pudiese conocerse dicha reacción, la nueva variante del coronavirus identificada en Bostwana y Suráfrica, el viernes, condujo de inmediato a restricciones de viajes y generó incertidumbre, porque se desconoce si las vacunas son efectivas contra la nueva variante, llamada Omicron.
El precio del petróleo fue una de las principales víctimas de la incertidumbre, al caer 13 por ciento a menos de $70 por barril. Pero peor aún, las acciones energéticas empujaron hacia abajo todos los índices bursátiles, lo cual se convirtió en el peor desempeño de los mercados desde marzo de 2020 y su peor día en lo que va de 2021.
Asimismo, si la nueva variante se difunde entre los ya vacunados, los bancos centrales tendrán que cambiar la postura de sus políticas. Como lo declaró el recién redesignado Presidente de la Reserva Federal Jerome Powell, “el aumento reciente en los casos de COVID’19 y la emergencia de la variante Omnicron plantean riesgos de deterioro para el empleo y la actividad económica así como creciente incertidumbre respecto a la inflación.” https://www.federalreserve.gov/newsevents/testimony/powell20211130a.htm
*Analista y consultor internacional, ex-Director de la Oficina de la CEPAL en Washington. Comentarista de economía y finanzas de CNN en Español TV y radio, UNIVISION, TELEMUNDO y otros medios.