Rusia declaró el estado de emergencia al norte de Siberia luego de que más de 146.000 barriles de combustible se derramaran a un río cercano al océano Ártico.
Según se informó, tras registrarse una ola de calor sin precedentes vinculada al cambio climático, habría colapsado el permafrost que subyacía a una reserva de combustible, provocando así el derrame de diésel a lo largo y ancho de kilómetros de tierras vírgenes rusas.
Activistas contra el cambio climático afirman que el incidente constituye el mayor derrame de petróleo registrado en la historia moderna en Rusia.