Carlos G. Oliden, un visionario y trabajador incansable 

Homenaje a mi gran amigo Carlos

Por Martin Balarezo García (*)

La amistad es el camino más corto entre el corazón de uno mismo y el corazón de los demás, y eso es lo que precisamente pude comprobar a través de los años gracias a la gran amistad que me unió a Carlos Oliden, mi chocherita del alma, mi entrañable amigo de toda la vida, con quien disfrutamos de esa gran amistad que hace del tiempo una eternidad y que empequeñece cualquier distancia lejana. Recuerdo vivamente nuestras experiencias durante la adolescencia en nuestro querido barrio de San Eugenio.

Carlos siempre fue un visionario, un trabajador incansable que no dudó en labrar sus sueños con ahínco y responsabilidad; sus emprendimientos exitosos los forjó con la honestidad, la inteligencia, la intuición y la sabiduría que lo caracterizaban.

Mi chochera no dudaba en compartir con los demás sus conocimientos y sus buenos consejos, como tampoco dudaba en ofrecer su apoyo a quien lo necesitara, especialmente a sus familiares y amigos, y creo que muchos de los que estamos leyendo estas palabras lo sabemos por experiencia propia.

Carlos proviene de una familia maravillosa, y Mamá Susy, su querida madre, y para muchos de nosotros esa segunda mamá que siempre comparte su sabiduría y su corazón con los demás, es un ejemplo viviente de esa estirpe familiar; pero Carlos también formó una familia maravillosa con Isabel, su adorada esposa e inseparable compañera de vida, una mujer y madre ejemplar, y una gran amiga para quienes la conocemos; familia maravillosa con hijos y nietos que se aúnan a los hermanos, primos, cuñados y sobrinos a quienes estimo tanto como si fueran de mi propia familia.

Mi chochera quería disfrutar de la vida la mayor cantidad de años posible porque amaba la vida y todo lo que ella le ofrecía, pero con el correr del tiempo su salud se deterioró, y así fue como el 10 de octubre de 2022 su último aliento le dio la tranquilidad que tanto añoraba últimamente…, ahora descansa en paz, aunque siempre diré que descansar en paz es un privilegio que debemos sentir en vida y no cuando ya no la tengamos.

Siempre recordaremos a Carlos, yo siempre lo recuerdo, siempre recordaré más el día que cumpliría años, el 13 de julio, porque siempre hay que rendirle un homenaje a la vida más que a la muerte, siempre hay que disfrutar de la vida sin darles la espalda a quienes no pueden disfrutar de ella, siempre hay que recordar a nuestros seres queridos mientras ellos disfrutaban de ella.

¡Siempre en nuestros corazones, querido Carlos!

(*) Martin Balarezo García, es un reconocido escritor, pensador y filosofo peruano residente en los Estados Unidos.

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