Carta al editor: Delegado de Virginia contra derechos de la mujer

El delegado estatal de Virginia, Bob Marshall por el partido Republicano.
El delegado estatal de Virginia, Bob Marshall por el partido Republicano.

Por Carmen Paniagua*

Votantes como yo, merecen políticos que nos representen y defiendan nuestros derechos en el estado.

Sin embargo, el delegado republicano de Virginia, Bob Marshall ha continuamente votado en contra de los derechos reproductivos de la mujer.

Lo justifica usando argumentos cristianos, ignorando que Estados Unidos es un país donde sus ciudadanos practican una infinidad de religiones. Justificar que se quiten derechos de la mujer basándose en creencias religiosas, tiene un costo muy alto y produce discriminación.

En primer lugar, es completamente ilógico decir que una mujer que decide no concebir un bebé (o sea a tener un aborto por diferentes causas), tendrá bebés con alguna deficiencia física o mental en un futuro.

Marshall dice que Dios castiga esto. Para empezar, no existe ninguna prueba científica que esto sea verdad. En segundo lugar, todos tenemos derecho a tener nuestras propias creencias religiosas conforme a la primera enmienda constitucional. Así, tenemos todo el derecho a que no se nos impongan creencias religiosas.

Tercero, este argumento retorcido tiene el propósito de forzar a todas aquellas mujeres que, por falta de dinero o que hayan sido violadas, a tener un bebé no deseado.

La planificación familiar en Virginia está bajo ataque. Sin embargo, la planificación familiar es de suma importancia, pues nos permite tener el control de cuántos niños podemos criar. Estas decisiones tienen un gran impacto en nuestra seguridad económica, estabilidad y en el bienestar de familias enteras. Los legisladores necesitan apoyar estos programas ya que nos permiten acceder a servicios médicos.

El amputarnos el derecho que nosotras las mujeres tenemos a decidir nuestra planificación familiar es, en esencia, amputar todas aquellas luchas a favor de la mujer. Al hacer esto, se apunta desde nuestro derecho al voto, nuestro derecho a denunciar violaciones sexuales, hasta nuestro derecho a que nos paguen igual por el mismo trabajo que hacen los hombres.

Delegado Marshall, ¿por qué no se sensibiliza un poco y le pregunta a sus hijas y nietas si ellas tendrían un hijo en el caso que hubieran sido sujetas a una violación grupal? Estoy segura que usted mismo dudaría en permitir dicho embarazo.

Carmen Paniagua, miembro de CASA – http://wearecasa.org/

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