Entretenimiento

El diablo y el buen dios

Por Rafael Plaza Para Jean-Paul Sartre (autor de una obra teatral inolvidable titulada El diablo y el buen Dios), el infierno eran «los otros». Para la Iglesia católica romana, desde la desafortunada época del emperador Constantino (siglo IV), el mal está en los demás. Primero en los ateos, después en…
Leer más...

Destino-

Por Cindy López Samayoa     El dolor era demasiado.   Inexplicable.   Aquel ser de pelo blanco que le había acompañado durante los últimos cinco años de su miserable vida, había dejado de existir.   Ahora sus ojos no se abrirían más y el calor de su cuerpo no…
Leer más...

En la senda del ensordecedor silencio

Por Pedro Luis Ibáñez Lérida Cuánta luz. El día se abre en la orfandad herida. Amaneció con la veladura de sutil gasa de niebla. Fue desperezándose lentamente hasta desvelar el aroma del día. La odorante flor de azahar es caricia entre las púas del naranjo amargo, tan prolífico en esta…
Leer más...

El mar y el paraíso

Por Gustavo E. Etkin Enrique era un porteño que, como casi todos los porteños que vivían frente al Río de la Plata, adoraba el mar. Cuando era chico, todos los veranos iba a Mar del Plata en auto con sus padres, donde tenían un departamento frente al mar. Pero ahí,…
Leer más...

El secreto de Yubexi

Por Isabel María Fagundez Gedler Sólo tenía trece años, en su cuarto, sobre su cama, descansaba Marisela, la muñeca de trapo con piernas largas , casi no habían dormido de tanto hablar, Yubexi le confió su secreto, su hermoso y dulce secreto, estaba esperando un hijo de Juan, su primo.…
Leer más...

Desquite

Por José Saramago El muchacho venía del río. Descalzo, con los pantalones arremangados por encima de las rodillas, las piernas sucias de lodo. Vestía una camisa roja, abierta en el pecho, donde los primeros vellos de la pubertad empezaban a ennegrecer. Tenía el pelo oscuro, mojado por el sudor que…
Leer más...

Palacio Real

Por Manuel Filpo Cabana A la vejez visité el Palacio Real de Madrid. Cuando te informan que posee más de cuatro mil habitaciones comienza tu duramadre a experimentar espasmos alarmantes, cual ebriedad intelectual a consecuencia del emborrachamiento con dimensiones indigeribles. De sobra sabía —a pesar de mi provinciana historia— las…
Leer más...

En la senda del ensordecedor silencio

Por Pedro Luis Ibáñez Lérida Cuánta luz. El día se abre en la orfandad herida. Amaneció con la veladura de sutil gasa de niebla. Fue desperezándose lentamente hasta desvelar el aroma del día. La odorante flor de azahar es caricia entre las púas del naranjo amargo, tan prolífico en esta…
Leer más...