Mujeres
Por Marcelo Colussi Trataban de no mirarse a la cara porque las dos se sabían impresentables. Doña Sofía, la señora de la casa, tenía los ojos inflamados de tanto llorar. Ramona, la empleada, quería ocultar su ojo morado. Ambas intentaban esconder lo que era evidente: sufrían mucho. La patrona había…