Crisis fiscal: Bukele sin excusas para resolverla

Foto: LPG.com

Por Leonel Herrera*

Resolver la crisis de las finanzas públicas es un desafío crucial del gobierno [salvadoreño]: tendría estabilidad, cubriría los gastos del Estado y podría invertir en educación, salud, seguridad, saneamiento ambiental, reactivación productiva, infraestructura, servicios básicos, etc.

Y para afrontar este problema de raíz, el presidente Nayib Bukele tendrá correlación suficiente en la Asamblea Legislativa a partir de mayo próximo. Sin embargo, las alternativas que baraja el mandatario no representan soluciones estructurales, sino más bien un agravamiento del déficit financiero.

Bukele tiene en su escritorio dos propuestas. Una es del Fondo Monetario Internacional (FMI), el “benemérito” organismo financiero que a cambio de otorgar sus préstamos pide subir el IVA y otros impuestos al consumo, aumentar la edad de jubilación, despedir empleados públicos, eliminar subsidios, congelar salarios y otras medidas para “reducir el gasto público”.

Últimamente, para disminuir la crítica sobre la regresividad de sus políticas, el FMI incorpora en su paquete de condiciones un “impuesto al patrimonio”; pero en conjunto su recetario de ajuste siempre impacta más a los sectores populares y capas medias.

A pesar de esto, la propuesta del FMI es la preferida del presidente. El Ministerio de Hacienda admitió que negocia un súper préstamo de entre 1,300 y 2,000 millones de dólares, para pagar deuda de corto plazo. También reconoce compromisos de ajuste fiscal en un préstamo de $390 millones obtenido el año pasado.

Y la otra propuesta es “vender” la deuda a China. Un detalle reciente indica negociaciones con el gigante asiático: el 27 de febrero, violando el silencio electoral, la embajada china felicitó en su cuenta de Twitter a Bukele por terminar de construir el bypass de La Libertad y anunció que apoyará la realización de más proyectos en la costa salvadoreña.

A esto se suma el anuncio de Ernesto Castro, diputado electo de Nuevas Ideas, de que entre las primeras leyes que aprobará la nueva legislatura está la de Zonas Económicas Especiales, propuesta por el gobierno anterior poco después de establecer relaciones diplomáticas con China.

Un mega préstamo chino para pagar la deuda, suena interesante; sin embargo, habría que ver las condiciones económicas y políticas, los peligros para la soberanía nacional y los riesgos de represalias de Estados Unidos, la potencia en franca disputa geoestratégica con China.

Por eso ninguna de estas dos propuestas debe ser la opción. En este editorial insistimos en una “tercera vía”: la reforma fiscal progresiva donde “paguen más quienes tienen más”. Incluye combatir la evasión tributaria y poner impuestos directos al patrimonio de los más ricos, a la gran ganancia empresarial, grandes transferencias financieras y a los bienes y servicios de lujo.

Esta propuesta anti-neoliberal se complementa con la desprivatización de las pensiones, la renegociación de la deuda misma y la reducción de impuestos a los pobres y a la clase media. Busca que contribuyan más al fisco quienes tienen mayores ingresos, y no al revés como funciona actualmente con el sistema regresivo imperante.

Si Bukele quiere “hacer historia” y no actuar como “los mismos de siempre”, debería tomar esta opción. Solo necesita voluntad política y pedir que “aprieten el botón” los 56 diputados que juraron en la campaña electoral obedecerle ciegamente.

No tiene excusas, presidente, para someterse al FMI o endeudarse con China; tiene todo para implementar la justa y necesaria reforma fiscal progresiva.

*Leonel Herrera es director ejecutivo de ARPAS.

 

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