En el estado de Florida, una demanda en la que participan 15 reclusas alega que son víctimas de violencia sexual desenfrenada por parte de guardias del Complejo Correccional Federal Coleman, una de las mayores prisiones federales de Estados Unidos.
Las mujeres afirman que los abusos llevan años ocurriendo, desde 2012. Sostienen además que fueron amenazadas por los guardias con ser transferidas a prisiones con peores condiciones si hablaban o no accedían a sus demandas. En escritos judiciales presentados por el Gobierno, al menos seis de los agentes acusados admitieron haber tenido conductas sexuales inapropiadas en la prisión.
Ninguno de los guardias ha sido procesado. En cambio, se les permitió renunciar o jubilarse y algunos de ellos aún reciben beneficios laborales. Uno de los guardias acusados trabajó en la prisión hasta 2019.
