Desprecio por la reconciliación

Imagen del beato Rutilio Grande, mártir asesinado durante la Guerra Civil. Foto UCA

Editorial UCA

SAN SALVADOR, 20/05/2024.- El Salvador está perdiendo la oportunidad de crecer en el valor de la reconciliación. En una de sus primeras decisiones, la nueva Asamblea Legislativa envió a archivo el proyecto de ley de justicia transicional que diversas organizaciones de derechos humanos habían presentado a la anterior legislatura. La justicia transicional trata de restaurar los derechos y valores de un colectivo después de injusticias y abusos graves y continuados a lo largo del tiempo, por lo que es indispensable para lograr un espíritu de paz y amistad social al interior de países que han sufrido guerras civiles o dinámicas internas de persecución generalizada. El Salvador estuvo en guerra once años, pero los abusos y violaciones masivas a derechos humanos venían dándose desde antes. De hecho, la mayoría de los cristianos asesinados impunemente y declarados posteriormente mártires por la Iglesia sufrieron la muerte antes de que se desatara la guerra civil.

La justicia transicional, a través del conocimiento de la verdad sobre las tragedias acontecidas, la promoción de la justicia, la reparación de las víctimas y la aplicación de medidas para la no repetición de los hechos, busca la reconciliación y la convivencia social respetuosa. La ONU ha apoyado sistemáticamente este modo de solucionar los conflictos del pasado. El anterior secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, decía hace algunos años que las iniciativas relacionadas a la justicia de transición “fomentan la rendición de cuentas, refuerzan el respeto por los derechos humanos y son cruciales para generar los fuertes niveles de confianza cívica que son necesarios para impulsar la reforma del Estado de derecho, el desarrollo económico y la gobernanza democrática”. Por su parte, el papa Juan Pablo II resumía el modo cristiano de buscar caminos de reconciliación con las palabras verdad, justicia y perdón, las mismas que utilizó sistemáticamente la UCA después del asesinato de los jesuitas.

Foto UCA

Todo parece indicar que la conciencia humanista y religiosa tiene escasa presencia en la Asamblea Legislativa. Al descarte de la propuesta de ley de justicia transicional se suma el paso a archivo de una propuesta de ley sobre derechos de los pueblos indígenas y de normativas para abordar la desaparición de personas y establecer políticas eficaces de búsqueda. La comisión de la Asamblea que en el pasado manejaba los proyectos de ley hoy archivados era la Comisión de Justicia y Derechos Humanos, que fue sustituida por la Comisión de Seguridad Nacional y Justicia. Cambiar los derechos humanos por la seguridad nacional muestra claramente la mentalidad del oficialismo.

Olvidar la historia, considerar irrelevantes a los grupos étnicos, despreciar los dolores de la gente sencilla con hijos desaparecidos lleva a la deshumanización de la sociedad y facilita que se repitan los odios y enfrentamientos del pasado. El diálogo con el que piensa diferente y la solidaridad con quien está en situaciones injustas es el único camino hacia una convivencia en la que el Estado está al servicio de las personas. La seguridad nacional coloca siempre a la gente en dependencia del poder de los gobernantes y fomenta un insano nacionalismo. Cuando se insiste en la seguridad nacional, en la práctica se termina promoviendo la inseguridad de la población.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Artículos Relacionados

  • Lo bueno es siempre breve

  • Cuidando a Tina evolucionamos

  • La chingada