El ciclista que conquistó 60 kms de ascenso con una sola pierna

Christian Haettich fue uno de los únicos 10 competidores que recorrieron 2.575 kilómetros en 22 días.
Christian Haettich fue uno de los únicos 10 competidores que recorrieron 2.575 kilómetros en 22 días.

Por Callum Robertson

Christian Haettich tiene un solo brazo y una sola pierna.

Durante 22 días del verano europeo pedaleó a través de las Dolomitas, los Alpes y los Pirineos para terminar siendo uno de los únicos 10 competidores que llegaron a la meta en una agotadora prueba para ciclistas aficionados.

Por primera vez escuché de Haettich en 2012 cuando vi un video de una carrera de siete días a través de los Alpes suizos, la Haute Route (Alta Ruta).

Se me quedó grabada su imagen, un pedalista discapacitado haciendo algo que yo no podía.

La prueba sobre los Pirineos, los Alpes y las Dolomitas es para ciclistas aficionados.
La prueba sobre los Pirineos, los Alpes y las Dolomitas es para ciclistas aficionados.

Sin embargo, este año tuve la oportunidad de participar en la prueba de 800 kilómetros y 21 ascensos.

Entonces supe que Haettich sería uno de los competidores.

Ya para la edición de este año, sin embargo, la prueba se había extendido a tres eventos cruzando los Alpes, las Dolomitas y los Pirineos.

La mayoría escogía una sola de ellas, pero un pequeño grupo, conocido como los pedalistas de la Triple Corona participaron en las tres.

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Compiten durante 22 días con uno solo de descanso, cubriendo 2.575 kilómetros con 60 kilómetros de ascenso más de seis veces y media la altura del Monte Everest.

Accidente en motocicleta

Haettich, quien nació y creció en la rural Alsace, en el noreste de Francia, describe su niñez como completamente normal hasta un devastador accidente en diciembre de 1976 cuando tenía 15 años.

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Estaba conduciendo una motocicleta cuando fue embestido por un auto que estaba adelantando el tráfico en dirección opuesta.

Como consecuencia del accidente perdió su pierna izquierda desde la cintura y su brazo izquierdo un poco más abajo del codo.

 

Tuve que aprender a vivir otra vez y soportar que la gente se me quedara viendo.

Christian Haettich

«Muchas cosas cambiaron para mí. No es fácil quedar discapacitado de por vida a los 15 años, especialmente en 1976», dice.

«Tuve que aprender a vivir otra vez y soportar que la gente se me quedara viendo. Muchas veces sufrí rechazos. Tengo que admitir que una vez pensé en quitarme la vida».

Haettish describe superar esos pensamientos suicidas como un ejercicio de auto control y determinación, características evidentes que lo han acompañado desde entonces.

Primeras pedaleadas

Aunque desde hacía tiempo había sido un aficionado del ciclismo profesional, no fue hasta que andaba en los treintas, casado y con niños, que pensó en dedicarse al deporte.

Siempre se había mantenido en forma, pero ver a un hombre de una sola pierna pedaleando en una montaña lo estimuló a intentar la disciplina.

Heettish recibió el apoyo de las personas que se reúnen al borde de la carretera para alentar a los ciclistas.
Heettish recibió el apoyo de las personas que se reúnen al borde de la carretera para alentar a los ciclistas.

Aprender a montar bicicleta tiene que ver completamente con el equilibrio. Usamos nuestros brazos y piernas instintivamente como contrabalanceo y apoyo para mantenernos erguidos.

Aunque Christian tiene una prótesis de pierna para caminar no es apta para el ciclismo. Tener su peso en el lado derecho del cuerpo hace que el proceso de aprendizaje sea extremadamente exigente.

«No tenía equilibrio y me caí muchas veces. Siempre me sentí con ganas de abandonarlo y dedicarme a otra cosa», recuerda.

«Mi esposa me ayudó mucho hasta el día en que pude pedalear sin caerme y, desde ese momento, todo comenzó. Me tomó casi un año sentirme confiado, pero al final la lucha rindió frutos».

Decepción y nueva motivación

Un año antes de los Paralímpicos de Sydney 2000, Haettich se entrenó para clasificar para la prueba de ruta.

 

Mi discapacidad nunca me ha impedido acometer una escalada. Me da determinación y fortaleza mental. No lo puedo hacer de otra forma, así que no tengo elección

Christian Haettich

Después de meses de trabajo y sacrificios estaba a punto de ser seleccionado cuando, a 15 días de la competencia, se enteró de que su categoría de discapacidad no sería incluida. Quedó devastado.

Renunció a la Federación Francesa de Deporte Discapacitado y se dedicó a competir en sportives, pruebas de participación masiva para aficionados en las que cualquiera puede participar.

Haettich disfruta especialmente pedalear en las montañas. El ascenso atrae a los ciclistas por los retos que implica. Uno no puede dejar de pedalear y relajarse porque cada vez que lo haces pierdes impulso y cuesta más agarrar el ritmo otra vez.

Hay que distribuir el trabajo más o menos igual en las dos piernas. Haettich tiene que hacerlo con una sola.

«Era tan difícil que pensé que me iba a morir», dice pensando en sus primeros ascensos. «Lo hice durante 15 días. Pedalear con una sola pierna es difícil. Si pierdes el ritmo, te caes. Ahora puedo reírme, pero fue duro».

Vea a Christian Haettich en acción haciendo clic sobre el video

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Yo tuve mi primera verdadera experiencia en ascenso de montaña en la primera etapa del Haute Route.

Uno tiene que ser mentalmente fuerte para no sucumbir al deseo de detenerse. Mi primer día fue por poco el último. Estaba física y mentalmente agotado.

En ese primer día pasé a Haettich en la carretera. Era la primera vez que lo veía en persona en una escalada y cuando la alcancé no pude evitar sentir una sensación de humildad.

Creo que no abandoné ese primer día, en parte, por su ejemplo.

En carreteras especialmente empinadas uno puede ver a los pedalistas «saliéndose del asiento». Eso permite usa la parte superior del cuerpo y las piernas para empujar los pedales. El cambio de postura te ayuda a extender las piernas y los músculos de la espalda. Eso es algo que él no puede hacer.

«Mi discapacidad nunca me ha impedido acometer una escalada. Me da determinación y fortaleza mental. No lo puedo hacer de otra forma, así que no tengo elección».

Alcanzar la cima de la montaña es algo que va acompañado de un alivio porque el dolor terminó y una sensación temporal de satisfacción.

Descender es tan aterrador como excitante.

Haettich nunca podrá escalar rápidamente, pero sus descensos son asombrosamente rápidos.

En un descenso en particular yo estaba pedaleando bien cuando me pasó como una bala. Haettich se estaba desplazando a por lo menos 16 kph más rápido que yo.

«Es verdad, desciendo hábilmente y con rapidez. Es algo en lo que he trabajado mucho. Me encanta tanto como escalar», señala. «En un descenso estoy muy concentrado y siempre miro al frente. Puedo ciertamente descender rápido pero me mantengo cauteloso».

A su mayor velocidad en el descenso Haettich llega hasta los 107 km/h.

Fuente de inspiración

En la ruta él recibe mucho estímulo tanto de competidores como de espectadores.

El ciclismo me da felicidad y un balance a mi vida. Eso es indudable. El ciclismo me quita la discapacidad, me ayuda a seguir adelante, hacer un esfuerzo extra. La bicicleta es una fuente de inspiración

Christian Haettich

Y uno de los héroes del ciclismo, el tres veces ganador del Tour de Francia, Greg Lemond, lo conoció en la Haute Route de 2013 y le mostró su admiración diseñando una bicicleta para él.

«Tendrás que preguntarle a otros ciclistas si soy una fuente de inspiración. Si es así, me siento muy orgulloso. Se que muchos ciclista ven mi ejemplo, mi compromiso, ni fortaleza mental, pero yo también los miro a ellos».

La Haute Route de 2014 concluyó el 7 de septiembre en la cumbre del Col d’lbardon en los Pirineos franceses.

Fue la cosa más exigente que he hecho en mi vida.

En la meta me recibieron con una palmadita en la espalda. La llegada de Haettich 30 minutos más tarde fue acompañada de bocinas y sirenas.

Para muchos pedalistas, como yo, el ciclismo no es más que un pasatiempo, una forma de alejarse del estrés de la vida diaria y de reducir la cintura.

Christian Haettich junto a su compañero y también triple coronado Nuno Henrique Luz.
Christian Haettich junto a su compañero y también triple coronado Nuno Henrique Luz.

Para Haettich es mucho más.

«El ciclismo es por encima de todo una pasión. Cuando veo todo lo que hecho sobre una bicicleta, solo puedo sentirme orgulloso», sostiene.

«El ciclismo me da felicidad y un balance a mi vida. Eso es indudable. El ciclismo me quita la discapacidad, me ayuda a seguir adelante, hacer un esfuerzo extra. La bicicleta es una fuente de inspiración».

La Triple Corona del Haute Route es un logro notable para cualquier pedalista. Los otros ciclistas que la completaron trabajaron tan duro y sufrieron tanto como él.

Pero habiendo dicho eso, la verdad es que no me acuerdo del nombre del ganador, pero nunca olvidaré el de Christian Haettich.

Christian Haettich junto a su compañero y también triple coronado Nuno Henrique Luz.
Muchas de las cimas que subió Haettich, puertos como se conoce en en el ciclismo, han formado parte de las grandes vueltas de Francia, Italia y España. 

Fuente: BBC Mundo

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