Por Delmino Gritti
Los Estatutos que cargo en mi corazón y en la mente son los del poeta Thiago de Mello. Estos me han ayudado y proporcionado muchas alegrías en esta caminada toda.
Artículo 1
(Acto institucional Permanente)
Queda decretado que ahora vale la vida, que ahora vale la verdad, y que de manos dadas trabajaremos todos por la vida verdadera.
Artículo 2
Queda decretado que todos los días de la semana, inclusive los martes más grises, tienen derecho a convertirse en mañanas de domingo.
Artículo 3
Queda decretado que, a partir de este instante, habrá girasoles en todas las ventanas, que los girasoles tendrán derecho a abrirse dentro de la sombra; y que las ventanas deben permanecer el día entero abiertas para el verde donde crece la esperanza.
Artículo 4
Queda decretado que el hombre no precisará nunca más dudar del hombre. Que el hombre confiará en el hombre como la palmera confía en el viento como el viento confía en el aire como el aire confía en el campo azul del cielo.
Parágrafo único: El hombre confiará en el hombre como un niño confía en otro niño.
Artículo 5
Queda decretado que los hombres están libres del yugo de la mentira. Nunca más será preciso usar la coraza del silencio ni la armadura de las palabras. El hombre se sentará a la mesa con la mirada limpia, porque la verdad pasará a ser servida antes del postre.
Artículo 6
Queda establecida, durante diez siglos, la práctica soñada del profeta Isaías, el lobo y el cordero pastarán juntos y la comida de ambos tendrá el mismo gusto a aurora.
Artículo 7
Por decreto irrevocable queda establecido el reinado permanente de la justicia y de la claridad. Y la alegría será una bandera generosa para siempre enarbolada en el alma del pueblo.
Artículo 8
Queda decretado que el mayor dolor siempre fue y será siempre no poder dar amor a quien se ama, sabiendo que es el agua quien da a la planta el milagro de la flor.
Artículo 9
Queda permitido que el pan de cada día tenga en el hombre la señal de su sudor, pero que sobre todo tenga siempre el caliente sabor de la ternura.
Artículo 10
Queda permitido a cualquier persona a cualquier hora de la vida el uso del traje blanco.
Artículo 11
Queda decretado, por definición, que el hombre es un animal que ama, y que por eso es bello, mucho más bello que la estrella de la mañana.
Artículo 12
Decretase que nada estará obligado ni prohibido. Todo será permitido. Inclusive jugar con los rinocerontes, y caminar por las tardes con una inmensa begonia en la solapa.
Parágrafo único: Sólo una cosa queda prohibida: amar sin amor.
Artículo 13
Queda decretado que el dinero no podrá nunca más comprar el sol de las mañanas venideras. Expulsado del gran baúl del miedo, el dinero se transformará en una espada fraternal, para defender el derecho de cantar y la fiesta del día que llegó.
Artículo final
Queda prohibido el uso de la palabra libertad, la cual será suprimida de los diccionarios y del pantano engañoso de las bocas. A partir de este instante la libertad será algo vivo y transparente, como un fuego o un río, o como la semilla del trigo y su morada será siempre el corazón del hombre.14
También no entiendo por qué no se preparan los más jóvenes para envejecer con imaginación, con curiosidad, sorpresa, dignidad y ¡asombro!
El estigma de inútiles o de personas que cultivan la tristeza es la mayor injuria que pesa sobre ellos. Decir que poseen el mayor tiempo posible, que les sobra tiempo, que no saben hacer nada. Imágenes de personas ociosas, desocupadas e indolentes que molestan la vida de los que trabajan. Con tantos prejuicios y estigmas, lo difícil para ellos no es morir bien, sino vivir bien.
La vejez se vuelve entonces un peso. ¿Qué sobra para muchos? El hospicio y los asilos, que no son nada más que depósitos de “inútiles”. Y el panorama en estos asilos, hospicios es casi un panorama de horror donde los viejos, con mirar perdido (se quedan solos con sus recuerdos haciendo concesiones, conversando solos con los botones y acabando solos con las emociones) como si hubiesen sido lobotomizados, pasan los días rodeados de teles ligadas a pleno volumen que nadie presta atención. Nada más desolador que esta soledad. Lawrence Durrell hablando sobre a vejez, dice: “En occidente la vejez es algo tremendo. No es de extrañar que se la tema. Ni que a los viejos se los encierre en remotos apartamentos o asilos para ancianos (para quien puede) y se les dejan morir. Ya no son útiles y han perdido la alegría que deberían tener”15.
La soledades un estado natural del ser humano como la compañía. Sin embargo, la cultura actual y principalmente la occidental, es impuesta por los medios de comunicación, está montada como si la soledad fueses una desgracia. Pregunto: ¿por qué tanto correr, tanto hacer, buscar, si donde tenemos que ir es para nosotros mismos?
La agitación, el ruido y la velocidad ¿son para escapar de sí mismos?
Si no somos capaces de hacer frente a un presente tan inquietante, lo que nos espera es un futuro peor aún.
El hecho de que no haya proyectos históricos a largo plazo que disimulen la propia finitud, vuelve la vejez más despreciada e inquieta aún.
Los viejos continúan creativos porque el pensamiento creativo incluye fundamentalmente jugar con lo que se sabe hacer, parecer incluso extraño, un poco loco frente a las normas y así el tiempo toma otro gusto en la vejez con el placer de haber trabajado para construir un mundo mejor, más humano. Si tenemos presente esto, podremos amar la soledad, pero no estaremos solos, tendremos nuestros recuerdos. Depende de lo que se siembra y la manera de cultivar lo que fue sembrado. En la vejez están todas las edades y la soledad es una buena amiga de la bondad y de la belleza. Cuando estamos solos (mirar para adentro), más intensamente nos comprendemos. Y los recuerdos tendrán poder de conforto porque serán cosechados de una larga siembra. Y la idea también de la muerte, del sufrimiento, hará muchas veces el papel de jardinera que arranca las malas yerbas de nuestro jardín.
Los viejos son seres más capacitados para acoger la risa y un instante de placer. No piden mucho. Piden lo que es mejor. Ellos conocen el arte de hacer lentamente aquello que no se puede hacer deprisa. Conocen el arte de amar mejor a los niños, de hacerlos reír, de incentivar jugarretas, de encantarlos con historias del tiempo pasado. El Arte de transmitir la savia profunda de las cosas permanentes, duraderas, el gusto por el trabajo creador. ¿Qué piden a cambio? Bondad y cariño. Esta es su hambre mayor.
Tengo presente también que la sociedad establece diferencias entre envejecimiento del hombre y de la mujer. Del hombre es más aceptable. Puede envejecer de una forma noble como una estatua de bronce, tener carácter y calidad. Para la mujer, la sociedad no perdona el envejecimiento. Exige que su belleza no cambie nunca. ¿Por qué? ¿Será la mujer apenas un objeto de placer para el hombre? Lamento profundamente que el envejecimiento de la mujer sea como flores que marchitan. (La TV continuamente ofrece esta imagen, la joven y la mujer aceptan este papel a cambio de dinero), mientras que el hombre debe ser más parecido al envejecimiento de la arquitectura, con la vieja creencia de que las mujeres deben amar a los hombres por su carácter y las mujeres deben ser amadas por la cualidad efímera, lo que llamamos de belleza física apenas.
Las mujeres de hoy (de cincuenta o más años) están perplejas. El problema va más allá de la menopausia, de los estiramientos de la piel de la cara. Tiene que ver con toda una imagen de identidad en una cultura enamorada de la juventud y sin ningún amor a las mujeres como seres humanos. Las mujeres de cincuenta años están en un estado de perplejidad y rabia. No llegó a suceder nada de aquello que esperaban. Mujer, ¿qué sucedió con los veinticinco años de protestas para no querer ser más unas “Barbies” de plástico? ¿Qué hubo de la rabia, del psicoanálisis y de los mitos de belleza?
Son hombres que obligan a las mujeres a temer el envejecimiento ¿o son las mujeres mismas que están aterrorizadas porque sólo conocen un tipo de poder, el poder de la belleza y de la juventud? Es necesario también preguntar: ¿quién impone los parámetros de la belleza?
Hoy se dan bofetadas por causa del vacío espiritual en el que se encuentran. Sin espíritu es imposible encarar que se envejece y se muere. ¿Y como pueden encontrar con facilidad las mujeres el espíritu en una sociedad en la que su más permanente identidad es la de consumidoras, en que toda la lucha por la autonomía e identidad choca con los implacables dictados del mercado; un mercado que las ve como consumidoras de todo y se prestan a ser vehículos de propaganda, desde carros, cosméticos y cirugía plástica?
¿Por qué la propaganda suprime la cuestión de la muerte cuando habla de la vejez, principalmente si la referencia es la mujer? Claro que no es agradable contemplar la propia muerte si la vida que llevamos no fue digna. Para esta propaganda, una vida digna no le sirve.
Muchos, tal vez se pregunten del tiempo perdido. Y yo aquí me acuerdo de un bello poema de Mario Quintana que dice: “Hubo un tiempo de sillas en la acera. Era un tiempo en el que había más estrellas. Tempo en el que los niños jugaban bajo la claraboya de la luna. Y el perro de la casa, era un gran personaje. Y también el reloj de la pared. Él no medía el tiempo simplemente, él meditaba el tiempo”.16
Otro escritor brasileño que tan bien nos coloca frente a la vejez, es Affonso Romano de Sant’Anna:“En verdad se debería envejecer blandamente. Nunca a los golpes. Los elefantes envejecen bien. Los vinos, mejor aún. Quedan ahí en los límites de su garrafa, en la espesura de su sabor, en la bodega del placer. Vienen envejeciendo y ganando vida, envejeciendo y siendo amados, y, porque viejos, deseados. Los vinos envejecen densamente y dan placer.
Uno debía ir gastándose, gastándose hasta desaparecer sin dolor, como quien caminando contra el viento, de repente, se evaporase. Y ahí iban a preguntar: ¿Dónde está fulano? Y alguien diría: se gastó, fue viviendo, viviendo y acabó.”17. Bilac decía que uno debería aprender a envejecer con los viejos árboles. Walt Whitman tiene un poema que dice: “Creo que podría vivir con los animales. Son tan plácidos y sufridos. Permanezco mirándolos días e días sin cansarme. No preguntan, ni se quejan de su condición. No andan acordados por la noche, ni lloran por sus pecados. Y no se incomodan discutiendo sus deberes para con Dios. No hay ningún descontento, ni ganancia por la locura de poseer cosas. Nadie se arrodilla delante de los otros, ni delante de los muertos de su clase. ”18
Es necesario no olvidarse del arte de soñar. Quien es rico en sueños no envejece nunca. Puede alguien morir de repente. Pero mueren en pleno vuelo, lo que es muy bonito. Es como dice Alberto Caeiro. (Fernando Pessoa):
Y el tiempo pasa,
No nos dice nada.
Envejecemos.
Sepamos, casi maliciosos,
Sentirnos,
Teniendo a los niños
Por nuestros maestros
Y los ojos llenos de naturaleza.
Cuando digo pasado, no es como algo muerto y olvidado, sino como algo que llevamos con nosotros, que fecunda el presente y vuelve atractivo el futuro y así podré salvarme del miedo de la muerte para que sea capaz de morir dignamente.
Guimarães Rosa dice que los ríos no quieren llegar, ellos quieren quedarse más anchos y más hondos.
Y para terminar, Cecília Meire les dice: “Debíamos ser como la flor que se cumple sin pregunta. La cigarra quemándose en música, al camello que mastica su larga soledad. El pájaro que busca el fin del mundo, el buey que va con inocencia para la muerte. Sé así cualquier cosa serena, libre, fiel. No como los demás hombres.”19
Y Oscar Bertholdo:
(…)
Todos los caminos caben
En la silla mecedora.
De saberse sin prisa
Incluso sin haber llegado.
La vejez es un jarro
Tan frágil de alegrías,
Tan lleno de ocasos” 20
“Un animal, al envejecer conserva su gracia. ¿Por qué la bella arcilla humana (el hombre) se estropea así?”. 21
Cito algunos escritores más y pensadores y lo que dijeron sobre a vejez:
«La vejez anuncia al hombre su destino: el hombre insensato, que al final todos somos más o menos, tiende a rehusarla, maquillándola, disfrazándola mientras puede y después encerrándola lejos de la vista y del corazón. El reverso de la medalla es el culto de la juventud. Televisiones, radio, publicidad, ocio, están cada vez más diseccionados para los jóvenes y adolescentes. Pero bajo el lema «el futuro pertenece a los jóvenes» está normalmente más una apuesta comercial que una verdadera preocupación social. En un mundo en el que la apariencia es todo, las arrugas no tienen derecho a la vida».
(Esther Mucznik)
“La vejez con sus agruras llega para todos. Yo no me rebelo contra la orden universal de la vida. Aprecié muchas cosas -la compañía de la familia, de los amigos y la puesta del sol. Observé plantas creciendo en la primavera. De vez en cuando tuve una mano amiga para apretar. Una que otra vez encontré un ser humano que casi me comprendía. ¿Qué más puedo querer?” (S. Freud)
“La vida sólo puede ser comprendida mirando hacia atrás, pero ha de ser vivida hacia adelante”.
(Soren Kierkegaard)
“Los primeros cuarenta años de vida nos dan el texto; los treinta siguientes, el comentario”.
(A. Schopenhauer)
“Para pesar la vida en una balanza justa, debemos siempre recordarnos de la fragilidad humana”.
(Plinio, el antiguo)
“Ahora que soy viejo aprendo el Sol en los ojos, el agua en la garganta. Me prendo en lo que puedo y en lo que espero y riego los jardines y canto”. (Delmino Gritti)
Envejecer no es contar tiempo,
Es aceptar el rumor silencioso del Cuerpo,
Pequeño grito de una hoja
Cayendo del ramo y
Estremecimiento de sombra en la quietud. (Delmino Gritti)
“El secreto de una buena vejez es hacer un conveniente contrato con la soledad: Esto quiere decir: saber merecerla y preservarla”. (Gabriel G. Márquez)
“Cuando mueras, sólo llevarás aquello que hayas dado”. (Sabiduría árabe)
“La vejez es cuando un día las muchachas comienzan a tratarnos con respeto y los muchachos sin respeto ninguno”. (Mario Quintana)
“La vida es un viaje sin billete de vuelta. Resta el consuelo del álbum de fotos: la memoria”.
(Frei Betto)
“Tiene sueños hondos la vejez. El tiempo se abre para adentro”. (Oscar Bertholdo)
Carlos Drummond de Andrade, refiriéndose a un retrato juvenil de Cecília Meireles, dice: “Lo más extraordinario no es la muchacha bonita que ella fue. Es la anciana bonita que ella es”.
“Vuélvete viejo luego, si quieres ser viejo por mucho tiempo”. (Cícero)
“El olvido, bálsamo devorador de la memoria, es una dádiva, pero es también un arte”.
(Casimiro de Brito)
“La ciencia alarga la vida, pero ¿cómo se corta la muerte?” (Roberto Juarroz)
“Si eres viejo y sabes ser viejo, ¡OH, cuánto sabes!”(Antonio Porchia)
“La juventud vive de juventud y la vejez de tiempo”. (Antonio Porchia)
“La vida se mide por su intensidad, no por su duración”.(Avicena)
“Envejecer es pasar de la pasión a la compasión”. (A. Camus)
“Saber envejecer es la obra maestra de la sabiduría, y uno de los capítulos más difíciles en el gran arte de vivir”. (H. Melville)
“La vida de uno no es lo que sucede, sino lo que uno recuerda y cómo lo recuerda”.
(G. G. Márquez)
“No me siento de ninguna edad. Si hay alguna edad, quizá sea la infancia; la eternidad y la infancia”. (Marguerite Yourcenar)
Porque eso son los viejos: la cuerda, la ligazón que hay entre la vida y el abismo de la muerte. (F. G. Lorca)
¿Por qué no recuerdan los viejos
Las deudas ni las quemaduras?
La muerte será de no ser
¿O de sustancias peligrosas?
Cuando se fueron los huesos
¿Quién vive en el polvo final?
(Pablo Neruda)
“Unas gotas de luna en los ojos de los ancianos ayudan a bien morir”. (Jaime Sabines)
“Voy a envejecer para todo. Para el amor, para la mentira. Pero nunca envejeceré para el asombro. Siempre me seguirán asombrando las cosas elementales”. (Chesterton)
“¿Tenemos un espléndido pasado por delante? Para los navegantes con ganas de viento, la memoria es un puerto de partida”. (Eduardo Galeano)
Oda a la edad
Yo no creo en la edad
Todos los viejos
Llevan en los ojos un niño,
Y los niños a veces
Nos observan
Como ancianos profundos.
(Pablo Neruda)
Los Indios Viejos
Los hombres viejos, muy viejos, están sentados
Junto a sus cabras, junto a sus pequeños animales mansos.
Los hombres viejos están sentados junto a un río
Que siempre va despacio.
Ante ellos el aire detiene su marcha,
El viento pasa, contemplándolos,
Los toca con cuidado
Para no desbaratarles su corazón de ceniza.
Los hombres viejos sacan al campo sus pecados,
Este es su trabajo.
Los sueltan durante el día, pasan el día olvidando,
Y en la tarde salen a lazarlos
Para dormir con ellos calentándose.
(Joaquín Pasos-Granada)
“Cuando nacemos, en general, somos envueltos por brazos protectores. Es mi ambición que cuando sea vieja, muy vieja, también sea envuelta por brazos protectores cuando lo necesite, ojala por los mismos seres a quienes les brindé protección, de esta manera cumplir el ciclo de la vida como me siento que debe ser”. (Ana Arroba)
“Con la edad (ser más viejo) se gana paciencia, más serenidad y madurez por supuesto. Puede ser también que los años le regalen a uno más lucidez, porque las cosas empiezan a verse no sólo con los ojos del presente sino también con los del pasado, y entonces uno puede tener una visión más aproximada del futuro. Pero también cuando uno se hace más viejo, el cuerpo se va deteriorando y la energía cambia, aunque el cuerpo es la meseta donde se apoyan las cosas del espíritu”. (Mario Benedetti)
“Las personas viejas tienen la muerte y las personas jóvenes tienen el amor; la muerte llega apenas una vez, y el amor, muchas veces”. (Yasunari Kawabata)
Sólo en la vejez la mesa queda repleta de ausencias.
(…)
Envejecí, Tengo mucha infancia por delante. (Fabricio Carpinejar)
“Todos desean vivir por mucho tiempo, pero nadie quiere llegar a ser viejo”. (Simone de Beauvoir)
“Muerte, desperdicias tu tiempo sobre mi vida herida, pues aquel que nunca vivió no morirá.”
(Francisco Quevedo)
Preguntaron a Diógenes (el filósofo) cual era la cosa más miserable de la vida, dijo: “El viejo pobre”.
“La idea de la muerte es lo único que templa nuestro espíritu”. (C. Castaneda)
“Mi fuerza es no haberle encontrado respuesta a nada”. (Emil Cioran)
“Quien practica la filosofía correctamente aprende a morir y no teme la muerte”. (Sócrates)
“De lo que me queda de la vida, me preocupa no tener la serenidad que necesito para envejecer correctamente y vivir sin molestara nadie”. (Félix Grande)
“Solamente tenemos un recurso frente a la muerte: hacer arte antes que ella”. (René Char)
“Llevar la decrepitud como una flor. O como una corona. Es envidiable el otoño, la segura y hermosa dignidad con que se acuestan las hojas de los árboles sobre la tierra. Es envidiable al invierno de esas latitudes donde la nieve y el silencio se parecen a la sabiduría que nos seduce por su ausencia de sombra”. (Blanca Varela)
“La vejez. En principio, por la coherencia con la memoria. Somos seres con memoria, sin ella no seriamos nada. La memoria sustenta la amistad, y la energía de la edad, también. Cuando quieres ver tu rostro, miras en un espejo; pero cuando quieres saber quién eres, te miras en el rostro de un amigo, porque el amigo es otro yo”. (Emilio Lledó)
“Los que viven en la vejez son tiempos frontera. Los recorres, pero siempre mirando lo que ha acontecido en la vida y sin ese camino no te encuentras con la amistad, eres el ser más desgraciado de la vida”. (Fernández Alba)
“Seguramente no hay una vida después de la muerte, pero fijo que hay una vida antes de la muerte, y hay que construirla tan rica como podamos”. (Jean-Claude Carrière)
Usted
Usted que es una persona adulta
-por lo tanto-
Sensata, madura, razonable,
Con gran experiencia y que sabe muchas cosas,
¿Qué quiere ser cuando sea niño? (Aníbal Niño)
(…)
“Alguien me habló todos los días de mi vida al oído, despacio, lentamente. Me dijo: ¡vive, vive, vive! Era la muerte”. (Jaime Sabines)
“Bastante raro que el pasado esté siempre tan presente”. (Carlos Villamil)
“Quien posee la facultad de ver la belleza, no envejece”. (F. Kafka)
“La vejez nos hace más arrugas en el espíritu que en la cara”. (Michel de Montaigne)
“Envejecer aún es la única manera que se descubrió de vivir mucho tiempo”. (C. Saint-Beuve)
“Saber envejecer es la obra prima de la sabiduría y uno de los capítulos más difíciles en la grande arte de vivir”. (Hermann Melville)
“Envejecer sin agriarse como los buenos vinos”. (Cicerón)
“Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena”. (Ingmar Bergman)
“Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar y viejos autores para leer”. (Francis Bacon)
“Una bella ancianidades, ordinariamente, la recompensa de una bella vida”. (Pitágoras)
“Los que en realidad aman la vida son aquellos que están envejeciendo”. (Sófocles)
“Los viejos son más demorados en recordar porque tienen más historias en la memoria”.
(Delmino Gritti)
“La vida: el pasado que vemos deprisa, el presente que no podemos congelar, el futuro demasiadamente incierto”. (Delmino Gritti)
“Ahora sé la mitad de las cosas que juzgaba saber cuándo tenía 18 años”. (Pablo Picasso (ya viejo).
“No paramos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar”. (G. B. Shaw)
“La edad nos enseña a ser un tanto más cordiales con nosotros mismos y a mirar el presente con mayor atención, a detenernos en el hoy de nuestra cotidiana posibilidad. Los años se nos van en aprender a pasar de la orilla de la palabra a la orilla de la memoria, es decir, aprendiendo a llevar a buen término este viaje sentimental”. (Eugenio Montejo)
“A veces, percibimos la vida más intensamente cuando la recordamos, con más tranquilidad que en el momento en el que transcurre”. (Hector Tizon)
“Lo peor de hacerte viejo es que das por seguras demasiadas verdades: es cuando necesitas nuevas preguntas”. (Richard J. Roberts)
“Quedarse viejo es una experiencia fascinante. Cuánto más viejo usted se queda, más viejo usted quiere ser”. (Keith Richards)
(…)
El silencio de los viejos en los bancos de las plazas
Que en tiempo antiguo sentaban enamorados,
Aparecen como los gatos cuándo hay sol,
Un espacio con tiempo de memoria,
Reúnen charlas y silencios llenos de certezas y mohos,
Silencios que los llevan lejos en el tiempo,
Más allá del horizonte,
Viaje que soñaron a la distancia
Que nunca se pierde el camino para el viaje adentro.
Ah, ¡los ojos de la vejez!
Llenos de sol pasado
Y de sombra futura
Condenados a tener
La niebla del presente
Como razón de ver.
Mapa en relieve de áspera geografía,
El rostro de las personas viejas.
De los abuelos, ¡qué infinito y nostálgico mirar y silencio!
En el azul limpio de sus ojos impregnados de sueños,
Sonrisas de milenios en sabiduría en volvidas.
En la plaza, en el bar, con navegaciones propias,
Cada uno con su mapa,
Cada mapa con sus puertos, velas y vientos,
Esperan cualquier cosa, tristezas crecidas presas en la mirada.
Estremecido quedo al mirarlos,
Adivinar en los ojos lo que fueron y
Deseaban ser y
También adivinar en que quedaron.
¿Cómo serán sus rostros
Cuándo sus heridas estuvieren cerradas?
(Delmino Gritti)
Delmino Gritti (1942). Licenciado en filosofía por la Universidad de Caxias do Sul. Desarrollé trabajos relacionados al libro desde 1965. Participé del libro “Matrícula” (poesía) junto con Oscar Bertholdo, Jose C. Pozenato, Jayme Paviani y Ari N. Trentin, publicado en 1967. En 1969 fui premiado con el filme (cortometraje) “Hoy el susto electrónico” en el festival de cinema del Jornal do Brasil. El filme tuvo dirección de Alpheu Godinho y el guión y argumento de Delmino Gritti. En 2004, premio de poesía Nº 38° Concurso Anual de Caxias do Sul. En 2006, premiado por el Fundoprocultura de Caxias do Sul con el libro“De los ladrillos de la Sumeria a los megabytes pos-humanos del tercer milenio” y en 2008, nuevamente premiado por el Fundo procultura de Caxias do Sul con el libro “Conc(s)iertos en do mayor para las pérdidas del espanto” (poesía).
(Traducción de María Isabel Ibarra Toro)
Notas:
11- E. M. Cioran- El libro de las Quimeras- Ed. Tusquets- Barcelona- España-1996.
12- Fernando Pessoa- Obra Poética- Ed. José Aguilar Ltda. – R.J. 1960.
13- Miguel Torga- Diário- vol. XVI- 1941-1993- Gráfica Coimbra- Portugal.
14- Thiago de Mello- Faz escuro, mas eu canto –Ed. Civilização Brasileira- R.J. -1968.
15- Lawrence Durrell- La celda de Próspero- Ed. Edhasa- España-1999.
16- Mario Quintana- Caderno H- Ed. Globo- Porto Alegre- R.S. 1973.
17- Affonso Romano de Sant’Anna- O homem que conheceu o amor- Ed.Rocco- R.J. 1988.
18- Walt Whitman- Obra poética completa- 4 vols.- Ed. Río Nuevo- España-1985.
19- Cecília Meireles- Crônicas de Viagem- 3 vols. Ed. Nova Fronteira- R.J.1999.
20- Oscar Bertholdo- Bocca Chiusa- Ed. EDUCS- Caxias do Sul- R.S. 1996.
21- Antoine de Saint-Exupéry- Terra dos Homens- Ed. Nova Fronteira-R. J. 1988.
Delmino Gritti escribe desde Brasil
Fuente: ARGENPRESS CULTURAL