El IMSS principal violador de derechos humanos.

Por Teresa Gurza
Esta semana La Comisión Nacional de Derechos humanos informó que el Seguro Social y las cárceles, son las instituciones que más violan los derechos humanos de los mexicanos; y u Informe Anual de Actividades 2014, destacó que el año pasado se abrieron mil 542 expedientes contra el IMSS.
Seguramente fueron por errores médicos graves; porque por atentar contra la dignidad de sus derecho-habientes, serían millones.
He tenido que ir estos días al IMSS de Cuautla, y puedo decirles que la falta de respeto y compasión por la gente enferma, se muestra en el pésimo trato.
Para empezar, la entrada principal está en un cruce transitadísimo y sin policía alguno y los pacientes se juegan la vida para cruzarlo; y las calles están llenas de desniveles, baches y coladeras, que complican el arribo de los enfermos.
Transcurren meses antes de conseguir consulta con un especialista; y peor si como es mi caso, se procede de la clínica de Yecapixtla, en la que solo hay médicos familiares y para todo lo demás, mandan a Cuautla.
Ahí, toda la gente necesitada de radiografías es citada a la misma hora, siete de la mañana; pero para alcanzar ficha hay que llegar antes de las seis, y formarse en colas larguísimas.
La ficha, un cartoncito numerado, no da derecho a pasar de inmediato a rayos x; sino únicamente a sacar una cita para semanas después.
Formados entre decenas de pacientes de todas las edades y enfermedades, niños que lloran y viejitos en sillas de ruedas o con bastones que apenas los sostienen, se espera una de las 60 fichas que dan cada día; los muchos que no alcanzan, deben regresar; y a veces un letrero indica solicitamos su comprención, (sic) porque hoy no daremos fichas; pero quien lo lee, ya pagó pasaje, llegó y se desmañanó.
Pero nadie protesta, “si lo hacemos es peor”.
Los que alcanzaron ficha deben seguir formados varias horas más, porque en el IMSS no están enterados que ya hay computadoras; y la misma señorita que repartió los papelitos, va recibiendo de uno en uno, los carnéts; en los que escribe a mano las fechas de las citas, todo en medio de olores y aglomeraciones ideales para el contagio de, por lo menos, influenza.
Con la cita dan las instrucciones; y pobre del que antes de la radiografía deba hacerse lavado de intestinos, porque también hay fila para el baño.
Tampoco se ha dado cuenta el IMSS de la campaña gubernamental contra la obesidad; y en un pasillo, entre pacientes en camilla que esperan atención, hay expendios de comida chatarra.
Las colas para las muestras del Laboratorio, igualmente empiezan antes de las siete y las dan así mismo para semanas después; cuando el día llega, debe llegarse otra vez antes de la siete y formarse en otra fila larguísima que luego se divide en tres, para que le saquen sangre; tarea que hacen sin guantes, pero con habilidad.
Ya con los análisis, viene el calvario de conseguir cita con el especialista; que a veces tarda tanto, que es necesario volver a realizar todo; con el desperdicio que eso implica en recursos para el IMSS y en tiempo y molestias para los pacientes.
En el hospital en lugar de almohadas, a los enfermos les ponen cartones.
Y pese a los anuncios, no hay vacunas contra la influenza; la razón según la directora Ana María de la Vega, de la UMF24 de Yecapixtla, “es que como no pasaban el control de calidad, nos fueron retiradas”.
Hablé de todo esto, con el Coordinador Clínico de esa unidad doctor Juan Manuel Hernández, quien pacientemente me explicó que el servicio está saturado; que los médicos deben atender 24 pacientes en seis horas de trabajo, de a cuatro cada hora; que los salarios que reciben son insuficientes para mantener a sus familias y deben buscar otras entradas; y que la falta de material y personal “no es solo aquí, es en todo el país”.
Y ánimo porque la situación indica que la saturación seguirá: Videgaray anunció gran recorte al gasto público; la CEPAL advirtió que México es uno de los países con menos disminución de la pobreza y uno de los más bajos salarios de la región; los farmacéuticos declararon que por el alza del dólar, las medicinas subirán el 15 por ciento; y la gente cada día tiene menos dinero para atender su salud, en clínicas privadas de calidad.

Artículos Relacionados