Entre los riesgos que enfrentan hoy los jóvenes mexicanos, principalmente quienes viven en la pobreza, el mayor de todos es que sean captados por las diversas bandas de narcotraficantes extendidas por el país.
El fallecido escritor mexicano Carlos Fuentes alertó: el gran peligro que veo en México es que los jóvenes de menos de 30 años desvíen su destino y se vayan al crimen.
Este es un país de jóvenes. Datos del Instituto de Estadística revelan que la mitad de sus habitantes tienen 26 años de edad o menos.
El sitio digital sipse.com.noticias publicó un reciente estudio de la ONU, el cual afirma que los ingresos del narcotráfico en México ascienden a 14 mil millones de dólares anuales, aunque otras fuentes consideran que esa cifra asciende a 20 mil millones.
Por tanto, los capos cuentan en sus cajas fuertes con cuantiosas sumas de dinero para sus operaciones ilícitas, compras de armas, sobornos y captación de personal, con preferencia entre la juventud de pocos recursos.
El número de pobres en el país asciende en la actualidad a 54 millones de personas, casi la mitad de la población total, con una gran proporción de jóvenes.
Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico(OCDE) afirma que más de siete millones de muchachos mexicanos entre 12 y 29 años de edad ni reciben educación ni forman parte de la fuerza laboral (llamados en México por eso «los ninis»).
A esta situación se añaden los más de tres millones de niños que se ven obligados a trabajar, generalmente en labores fuertes y a veces hasta peligrosas.
Paralelamente, cada año miles de jóvenes que intentan ingresar a universidades públicas se quedan fuera de la matrícula, porque el cupo en las aulas es insuficiente para admitir a todos.
En su última convocatoria, la Universidad Nacional Autónoma de México, la más grande del país, admitió sólo al 10 por ciento de los aspirantes.
Asimismo, dos millones de jóvenes no pudieron ingresar en el bachillerato, a la vez que 600 mil desertan anualmente de esa enseñanza, en una edad peligrosa para estar en la calle, donde se incrementa la venta de drogas y la violencia.
De tal manera, ellos quedan así expuestos a las propuestas de las mafias, que les ofrecen dinero, bienes, recursos y otras tentaciones. Aunque una mayoría evade esa trampa, muchos sí caen.
De acuerdo con fuentes de instituciones civiles, se estima que las agrupaciones delictivas en los últimos años han reclutado por lo menos a 35 mil jóvenes, adolescentes e incluso niños.
Solamente las Fuerzas Armadas han detenido a más de cuatro mil menores de edad por estar vinculados con la delincuencia organizada.
Se les encargan misiones que van desde ser «halcones», dedicados a la vigilancia de los movimientos de las fuerzas armadas y la policía; de «mulas», destinados al traslado de droga; y hasta de secuestradores y sicarios.
Beto, integrante de la Familia Michoacana, con menos de 17 años ya había asesinado a 18 personas. Gloria, de 13 años, cumplía diversas funciones para Los Zetas.
Pero ni siquiera escapan de este peligro los mexicanos adolescentes que viven en Estados Unidos, especialmente aquellos que habitan en la zona fronteriza.
Una información de la agencia antidroga estadounidense (DEA) revela que ellos también son reclutados para usarlos durante el tráfico de estupefacientes en Estados Unidos, el país mayor consumidor del mundo.
Los pagos que reciben dependen del grupo criminal que los recluta. Los Zetas y el cártel del Golfo pagan un salario más alto, unos 500 dólares por cada traslado.
Al mismo tiempo, las nuevas generaciones son las principales víctimas del narcotráfico. En la ola criminal que estremece a México, que ya contabiliza unos 60 mil muertos, de cada 10 fallecidos, siete son jóvenes.
Otra secuela de ese flagelo es la cifra de entre 30 mil y 40 mil niños huérfanos, muchos de los cuales quedan desprotegidos y expuestos a los abusos e influencia de los criminales.
La mayoría de los sectores políticos y sociales coinciden en la imperiosa necesidad de desarrollar un programa sistémico para resolver esa falta de oportunidades para la juventud y garantizar un futuro mejor para el país.
Entre otras propuestas con ese objetivo que se han hecho, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) meses atrás presentó en la Cámara de Diputados un proyecto de Ley para el Desarrollo Equitativo, Plural e Integral de la Juventud.
Ese partido llamó a las demás entidades políticas de la nación a también apoyar ese proyecto para brindar a la juventud una verdadera atención integral, que incluya educación, empleo, actividades culturales y recreativas, así como seguridad.
El prestigioso y laureado sociólogo mexicano Pablo González Casanova, proclamó la necesidad de educar a los futuros ciudadanos para que sepan reflexionar y decidir sobre los problemas políticos, sociales, culturales, económicos.
Fuente: ARGENPRESS.Info