El “negrito” del teatro vernáculo cubano: Arquímedes Pous

Por Isabel Cristina Batista
 
“Prescindiendo del guajiro, del gallego aplatanado
de la parda cumbanchera,y del morenito zafío
pues entonces dejaría de ser Teatro cubano
como dejaría el rico ajiaco de ser ajiaco”…
 
Arquímedes Pous nace en Cienfuegos el 18 de mayo de 1891 y muere muy tempranamente el 16 de abril de 1926 fecha en que un día como hoy se cumplen 85 años. Cuentan sus biógrafos que contaba con la oposición de sus padres al querer el joven, recibido de bachiller, y habiendo comenzado la carrera de medicina querer ser actor. Sin embargo, por su gran vocación resulta ser un gran innovador en el arte teatral en el que demuestra un gran criollismo con sus múltiples escenas del “negrito” de nuestro teatro vernáculo.
Esta metamorfosis se produce por primera vez, al embadurnarse con pintura negra la cara y el rostro al actuar junto a la actriz española conocida como “La Bella Chelito”, en el teatro «Actualidades», situado en Santa Cruz y San Luis «allá por 1906.
El joven actor que contaba 15 años de edad, tuvo la necesidad de esconderse porque uno de sus familiares fue a buscarlo parar sacarlo del local, por lo que la escena fue titulada la «Chelitoterapia».
El gallego y el negrito junto a la mulata conformaron el trío de tipos sobre los que se levantó el Teatro vernáculo, considerándose por las fuentes consultadas una versión tropical de los tipos de la Commedia dell’arte italiana.
Un poco más atrás en el tiempo en el siglo 18 se expone que desde la fundación del Teatro Coliseo 1776, primero del país, después llamado Principal , situado por la Avenida de Paula y la calle de los Oficios, donde se encontraba un hotel llamado el Hotel Luz, se produjeron las representaciones de pequeñas óperas y zarzuelas. En este primer local teatral se presentó la ópera Dido abandonada, de Melastasio y con música de un autor desconocido.
Se destaca la afición a la música para las escenas en representaciones posteriores e incluso se habla de la pugna que llega hasta nuestras tierras de la Metrópoli española entre el estilo operístico francés y el italiano.
Por aquella época siglo 18 y específicamente en 1790 se funda la publicación Papel Periódico y después le siguen otros donde se escribe sobre la presentación de comedias y zarzuelas. Y es en la última década del siglo 18 que se conoce del auge de la tonadilla escénica española: El catalán y la buñuelera de Pablo Esteve, lo que inicia un gran preferencia por este género hasta el punto que entre esta época y la primera treintena de años del siglo 19 se pusieron en escenas más de 200 tonadillas de Blas de Laserna, Esteve, entre otros.
Estos “aires” de situaciones locales y tradiciones de la península ibérica reflejadas en sus libretos teatrales fueron el germen del Teatro Bufo o Vernáculo cubano.
 
Haciendo un poco de historia
Aunque se asegura que la fecha más antigua del Teatro en Cuba se presenta con bastantes dudas, se destaca que en el siglo 18 ocurren por tanto dos hechos capitales: el Primer Teatro y la primera pieza conocida de autor cubano, y de las fuentes se extraen datos como los siguientes que: “la primera expresión teatral de que se tiene noticia data de 1520, relacionada con las fiestas del Corpus Christi. Precisamente, con estas tradiciones se vincula el primer autor conocido, en 1570, Pedro Catilla. Elementos de escenificación también eran frecuentes en las fiestas y ritos de los esclavos africanos”.
“El habanero Santiago Pita y Borroto, que vivió entre los siglos XVII y XVIII, es considerado el primer dramaturgo de la isla por su obra El príncipe jardinero y fingido cloridano, comedia editada en 1730 y 1733 en Sevilla”.
“José Jacinto Milanés (1814-1863) es reconocido como uno de los primeros cultivadores del drama romántico en lengua española, iniciado en la península en 1834. La obra que le dio esa distinción es El Conde Alarcos (1838), que lo hizo el escritor de moda de entonces”.
Pero todas coinciden en que es, Francisco Covarrubias (1755-1850) a quien se atribuye el nacimiento del teatro nacional, pues gracias a él comenzó a hablarse «en cubano» en los escenarios de la isla. Introduciendo además el personaje del «negrito», que como el «chino» y el «gallego» serían tipos teatro vernáculo.
Además del Teatro Coliseo también son de renombre, el Circo de Martes (1800), el Diorama y el Tacón (1838).
Por entonces, Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873) escribió obras como Leoncia, El millonario y la maleta, y Baltasar y se adelantó a la escena hispánica. Autora de una veintena de piezas para la escena, se afirma que nadie tuvo un talento dramático más alto.
Otros nombres importantes de esa centuria fueron Joaquín Lorenzo Luaces (1828-1867), considerado el mejor comediógrafo
El siglo 19 se completa por lo menos con la expresión literaria de nuestro José Martí y ocurre el famoso Suceso del Teatro Villanueva 1869, en la representación teatral de “Perro huevero”, donde irrumpen los voluntarios españoles a tiros por encontrar alusiones a los insurrectos cubanos, y que constituye parte de nuestra historia y donde participa nuestro entonces adolescente Héroe Nacional y Apóstol de Cuba; José Martí.
Se puede agregar por las investigaciones realizadas que :“ como modalidad, los bufos habaneros, que debutan en 1868 y dan inicio al teatro bufo cubano, movimiento que partiendo de modelos foráneos se acriolla y llega a ser tan criollo que entre 1869 y 1879 la corona española prohíbe su representación aquí. Resalta además el llamado Teatro Mambí, hecho en el exilio, y cuyo principal exponente es la obra Abdala, escrita por José Martí “
 
LAS METAMORFOSIS DE POUS
Después de realizada su primera actuación como “negrito” en “Chelitoterapia”, Pous, durante los años siguientes se presentó en varias localidades de provincias.
La capital de nuestro país por esta época ofrecía gran competencia para su estilo de actuación, completamente desconocido en el ambiente teatral capitalino.
Pero en 1911, logra presentarse con bastante aceptación en los teatros Chantecler y Molino Rojo donde interpreta duetos
Para 1911 logra presentarse con gran aceptación junto a Angelita Martínez, actriz, en los teatros Chantecler y Molino Rojo, donde interpretó duetos (pequeñas escenas dialogadas que terminan con un número cantado) y bailes típicos. Creció su popularidad ya que en su carisma primaba su simpatía criolla y resultaba un gran bailarín.
Semanarios teatrales de la época reproducían sus . Posteriormente es invitado al teatro Martí, durante un homenaje a un colega que también hacía de negrito con gran repercusión de crítica favorable, por lo que el empresario trató de contratar al actor como director del conjunto en esta tarea lo acompaña la que después fue su esposa Conchita LLauradó, entre otros destacados actores.
Es en este Teatro donde estrena sus primeras obras: La viuda loca y el dueto El botellero, popularizado en la interpretación del autor y la Novoa.
Posteriormente pasa a actuar con los mismos actores en el Polyteama Chico o Vaudeville, en la azotea de la Manzana de Gómez, frente al Parque Central. En ellos estrena sus primeros títulos de fama: El santo del hacendado, La canción del mendigo y El tabaquero.
La crítica de la época acoge con gran valoración la aceptación de esa temporada por el público que generalmente rechazaba las incomodidades de dicho Teatro, debido a su actuación.
Y posteriormente en un certamen al mejor y más simpático negrito del teatro vernáculo, realizada en el Teatro alegre es escogido como el mejor negrito de entre nueve actores que también realizaban ese típico personaje en el teatro.
Después de este triunfo su carrera tuvo innumerables éxitos. Más nunca Regino López por aquel entonces del Teatro Alambra típico en ese género pudo lograr su incorporación al mismo, enfrentándosele competitivamente y saliendo Pous airoso en su empeño. Sin embargo, en 1913 aceptó, la proposición de Raúl del Monte (un famoso «negrito» de los que derrotara en el reciente certamen, para viajar a Santo Domingo, Puerto Rico y América Central.
Ya a su arribo nuevamente a Cuba se presenta como un actor consagrado y con su propia Compañía, tanto Cienfuegos y en otras regiones de otras provincias. Posteriormente viajaría a México, viajando además por el Caribe, en esta ocasión concibió las obras: Mérida carnaval, Yucatán souvenir y De México vengo, donde describía sus experiencias en tierra mexicana.
Al regresar, trabaja en los teatros: Actualidades y Payret y, ya para el año 1916 estrena en el teatro Arena Colón su exitoso obra : Las mulatas de Bambay, con ella abre una exitosa temporada en el teatro Payret, teatro con él que estrecha sus relaciones actuando hasta 1921, contratando para su elenco a una famosa actriz mexicana Luz Gil, que era estrella exclusiva del Teatro Alambra.
En esos años realiza sus obras: El submarino cubano, de 1918; La clave de oro y El 17 se acaba el mundo, de 1920; Brisas del Hawai y La favorita del gran cabaret, de 1921.
Con la firma Columbia viaja a Estados Unidos donde graba algunos de sus diálogos y números musicales. Llevando por primera vez una compañía de género cubano, para presentarla al público de habla hispana.
En los primeros años del siglo 20 se le une, el talentoso escenógrafo catalán Pepito Gomís conformando junto a Pous en una empresa conjunta. La nueva entidad Pous-Gomís arrendó el teatro Molino Rojo y lo transformó en Teatro Cubano, con el objetivo de borrar el desprestigio que había tenido el lugar con presentaciones vulgares
El hecho de contar con tan notable escenógrafo le posibilitó el montar revistas musicales cosmopolitas pero, sin perder en lo absoluto el criollismo cubano bajo la influencia europea y norteamericana. De esta forma surgieron: Escenas europeas, Oh, míster Pous; Oh, La Havane; Habana-Barcelona-Habana, para alternarlas con los típicos sainetes Del ambiente, La borracha del circo o el archifamoso ciclo Pobre papá Montero; Los funerales; La resurrección y El proceso de papá Montero.
Terminada la temporada que se mantuvo en su Teatro Cubano partió de gira por todo el país y posteriormente después de actuar en Santiago de Cuba. Inicia otra por república Dominicana y Puerto Rico pretendiendo extenderla por toda Sudamérica son el repertorio elaborado en sus últimos años.
Actúa en Puerto Rico en el teatro Tres Banderas, de Santurce, San Juan; en Arecibo y en el teatro Yagüez, de Mayagüez, donde fallece debido a una peritonitis mal atendida el 16 de abril de 1926 al cumplir 35 años.
Según otro grande del teatro vernáculo y actor Enrique Arredondo, nuestro famoso “Cheo malanga”, quien fue uno de sus más fervientes admiradores, el teatrista sureño llevó el género criollo a la opereta y fueron sorprendentes las escenografías que usó en sus revistas de gran espectáculo. Destacando que en las piezas como: «Su majestad el verano», Pous cerraba el último acto con un baile sobre patines, y al concluir se lanzaba a una enorme piscina que había colocado en el centro del escenario, piscina real y con agua suficiente para que el actor nadara a sus anchas. Considerando que el derroche en la escenografía era una de las aristas típicas en el cienfueguero, tanto que puede afirmarse que él vivía el teatro con un siglo de adelanto.
Otras fuentes consultadas exponen “Para la historia del teatro cubano, Arquímedes Pousresulta una figura paradigmática integral, insuficientemente estudiada hasta el presente. Como actor, exhibió gran versatilidad al interpretar con la misma perfección todos los personajes típicos de la escena criolla: negritos, gallegos, galanes, bobos, borrachos… Como fecundo autor, puso su ingenio en función de desterrar de la escena nacional el mal gusto y la vulgaridad, sin desechar la picardía y el doble sentido innatos al género vernáculo. Finalmente, como empresario, demostró un dinamismo y un sentido de la organización poco comunes, que explican sus éxitos y su permanente popularidad”.
 
Notas:
Duetos: pequeñas escenas dialogadas que terminan con un número cantado
Bibliografía:
Diccionario de la Música cubana Biográfico y Técnico
Diccionario de la Música Española e Hispanoamericana
Radio Nuevitas .icrt.cu
Galeón.com/cienfuegoscuba
Breve historia del teatro cubano, Rini López
Teatro Bufo. Siglo 19 antología
 
Fondo musical: La paloma, música del género habanera, y cubana véase blog http://estampasmusicales-sunca.blogspot.com/
 
Isabel Cristina Batista escribe desde Cuba.
Fuente: ARGENPRESS CULTURAL

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