El primer día de clases

Albertito se dirige a tomar el bus escolar. Foto: Miguel Álvarez.
Albertito se dirige a tomar el bus escolar. Foto: Miguel Álvarez.

Por Peggy Espejo
Para muchos niños el primer día de clases está lleno de emociones, algunos positivos como el querer ver a sus compañeros de clase. Y para otros reestablecerse a un régimen estricto no es su taza de té.
Cada septiembre, no solamente llega el cambio de clima sino también un año más de madurez de nuestros hijos.
Un caso especial es el de Alberto “Albertito”, quien fue diagnosticado con autismo a los 2 años de edad. Su progreso intelectual es muy lento, pero con el trabajo arduo de su familia y de sus maestros ha logrado integrarse a la sociedad y cada día que pasa nuestro rayito de luz brilla más fuerte.
Todos los años, Albertito tiene la misma rutina al comienzo de clases. Reniega, “no quiero ir”, se duerme noche, y se despierta tarde. Pero este año escolar fue muy distinto. Un día antes del comienzo de clases “Labor Day” le pidió a su madre que lo llevara a comprar útiles escolares. Ella muy complaciente y asombrada por el nuevo interés rápidamente lo llevó a la tienda. Luego de pasar por las inmensas filas de lápices y cuadernos rayados, Albertito pidió algo muy especial, ropa, zapatos y mochila nueva. Porque dice él que todos los niños llevan ropa nueva el primer día. Esto le sacó unas cuantas lágrimas a su orgullosa madre, quien siempre está pendiente de cada acontecimiento de su hijo. Luego agregó Albertito que deseaba comprar loción y desodorante nuevo para oler bien entre las chicas.
Su madre, llamó a su esposo y le contó muy emocionada de lo sucedido. Esta mañana él se levantó a las 5:00 am. (el bus llega a las 7am) tan emocionado y alegre que cuando vino el bus le dijo a su padre “adiós ya me voy a clases.”
Con gran entusiasmo abordó la unidad escolar. Foto: Miguel Álvarez.
Con gran entusiasmo abordó la unidad escolar. Foto: Miguel Álvarez.

Cada logro por pequeño que sea es importante para un padre. Nosotros como padres de Albertito, sabemos la realidad en lo cual nos encontramos, que nuestro hijo tal vez no tendrá una vida “tradicional”, pero en vez de enfocarnos en el futuro a largo plazo, disfrutamos cada logro día a día. Hay que saber que niños especiales llegan a tu vida por una razón muy grande… llenan un vacío que ni tú mismo sabías que tenías. Y te enseñan a tener mucha paciencia y a no preocuparte del que dirán de la gente.
Con cada gota de lluvia llenarás un jarrón, con cada ladrillo se podrá construir un monumento. Nunca pierdan la esperanza en sus hijos ni se avergüencen de ellos, con amor y comprensión nada es imposible. Los doctores nos dijeron que Albertito nunca hablaría pero hoy no lo podemos parar de hablar. Nos llama constantemente después de cada clase para decirnos lo que está pasando. Nos conformamos con tener a nuestro hijo saludable y contento.
A todos los padres de niños especiales o solamente especiales en su corazón. Disfruta día a día porque el mañana es un misterio pero el hoy es un regalo.
Felices regreso a clases a todas las familias y en especial a mi Albertito.

Artículos Relacionados