La violencia generada por los enfrentamientos entre pandillas en El Salvador dejó el mes pasado 907 muertos: la mayor cantidad en un solo mes desde la guerra civil que sacudió a ese país en la década de los años ochenta, informó la policía salvadoreña.
Según cifras del Instituto de Medicina Legal y la policía, hasta el pasado 22 de agosto más de 3.828 personas habían caído víctimas de la violencia.
Y de acuerdo al registro que actualiza diariamente el periódico digital El Faro, el 31 de agosto el número total alcanzó los 4.239 muertos.
En contraste, en 2014 el país registró 3.912 homicidios.
Lo que quiere decir que la actual ola de violencia salvadoreña ya superó en ocho meses lo que ocurrió en los 12 del año pasado.
Y va en camino a superar cómodamente la marca histórica desde el fin de la guerra, la que corresponde al año 2009 con 4.367 muertos.
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Homicidios en El Salvador
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4.367 2009
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4.004 2010
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2.594 2012
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2.499 2013
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3.912 2014
Las autoridades salvadoreñas aseguran que el recrudecimiento de la violencia se debe al incremento de los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y las pandillas.
Se estima que la nación centroamericana tiene más de 70.000 pandilleros.
En julio, un grupo de pandilleros provocó la paralización del transporte público tras ordenarle a los conductores ir a una huelga.
En represalia contra los que no acogieron la orden, muchos buses fueron quemados. Se informó que al menos siete choferes murieron.
El presidente, Salvador Sánchez Cerén, ordenó el despliegue de 7.000 soldados para ayudar a la policía a patrullar las calles, pero su gobierno ha sido duramente criticado por no poder reducir la violencia.
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Sin tregua
La situación ha reavivado la polémica en torno a la tregua acordada en 2012 con las principales pandillas del país, la Mara Salvatrucha y Barrio 18, que hizo que la tasa de homicidios se redujera en un 40%.
Expertos aseguran que aunque no todas las muertes son atribuibles a las pandillas, es un indicativo de los problemas que enfrenta El Salvador.
La tregua duró cerca de tres años y les dio a los miembros de las pandillas varias concesiones, entre ellas el traslado de la cárcel de máxima seguridad Zacatecoluca a otros penales más laxos.
Pero después del rompimiento de la misma el número de homicidios volvió a aumentar.
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El presidente Sánchez Cerén se rehúsa a renovar el acuerdo porque no quiere exponer al gobierno a demandas excesivas por parte de las pandillas.
Su política se ha enfocado en desplegar un mayor número de policías en áreas donde hay fuerte presencia de pandilleros y combatir todos los crímenes en general.
De acuerdo con un informe de las Naciones Unidas de 2012,Centroamérica es una de las regiones más violentas en el mundo.
Honduras se mantiene como el país más violento del planeta (con 91,4 homicidios por cada 100.000 habitantes).
Pero El Salvador se le está acercando. Y Guatemala y Belice también reportan altas tasas de homicidios.
