El Salvador: Los sobresueldos de Margarita de Escobar, Rodrigo Ávila y Luis Cardenal

Diputada Margarita Escobar.

Por José Manuel Ortiz Benítez

“De acuerdo a la ley, los fondos de las partidas reservadas están en el presupuesto general de la nación, que son aprobadas por la Asamblea Legislativa y que además son verificadas por la Corte de Cuentas. Nunca hemos manejado fondos fuera del presupuesto, son respetuosos de ley y eso lo demostraremos en el proceso” le digo Tony Saca al juez cuando fue arrestado en noviembre de 2016.

Como buen político salvadoreño, Tony Saca continuó defendiendo su inocencia. “A los salvadoreños que confiaron en mí para llevarme a casa presidencial, yo cumplí la ley, me siento con la conciencia tranquila” dijo, con cara desvelada, vestido con ropa ajada, pero con una energía de convicción parecida a la que usan los vendedores de medicamentos en los buses públicos en la terminal de oriente de San Miguel.

Pero no se detuvo ahí. “Señores yo soy cumplidor de la ley” arremetió Saca, seguro y convincente, ante el juez.

Tony Saca está siendo procesado por la justicia bajo cargos de peculado, lavado de dinero y agrupación ilícita, entre otros. Ahora guarda prisión en una celda especial en el penal de Mariona, en El Salvador.
Mientras Saca guarda prisión, como mago oportuno, el ex presiente Mauricio Funes se ha encargado de sacar pruebas de los pagos de sobresueldos que Saca hacía cada mes a exfuncionarios de aquella administración, que todavía están ejerciendo un cargo público, desde el cual exigen “cuentas claras” en el manejo del dinero público al actual gobierno.

“Le hemos propuesto un recorte generalizado al gobierno, que tenga que ver con gastos superfluos, viajes, viáticos, carros de lujo, etc” arremetió Margarita de Escobar apelando al buen juicio de los salvadoreños ante las cámaras de TVO en Julio de 2016. Margarita de Escobar está convencida de que su exigencia al gobierno en el uso transparente del dinero público no sólo es correcta, sino obligatoria como representante del pueblo que la eligió y como ciudadana, amante de la transparencia y la honestidad.

Cada día que puede, Margarita de Escobar siente en el pecho la necesidad y la obligación de exigirle al gobierno que sea transparente y honesto con el dinero del pueblo. Sin embargo, durante la administración de Tony Saca, la actual diputada de ARENA cobraba alegremente $7,000 mensuales bajo la cuerda, sin pagar ningún tipo de impuesto. Por higiene personal, como mínimo Margarita de Escobar debería guardar silencio en temas de ética y transparencia y dejar que otros menos comprometidos en su partido hagan esa función.

El actual diputado Rodrigo Ávila, diputado de La Libertad por el partido ARENA, está en la misma situación. Cobraba de la administración de Tony Saca $5,000 mensuales cuando fungía como director de la PNC.

Diputado Rodrigo Ávila.

“Nosotros queremos que esos recursos que el pueblo salvadoreño está pagando no se inviertan en darle dadivas a personas que están metidas en política” exige, con toda autoridad moral, el diputado Ávila a Mauricio Ramírez Landaverde, actual ministro de Justicia y Seguridad Pública.

“Es el cinismo puro que tenemos que tragar ahora los salvadoreños como carne de caballo cruda” dice mi estimado tocayo Don Manuel, consternado por lo que ve en la actualidad política. Con que cara puede un cargo público haber estado cobrando dinero negro durante 5 años y ahora venir a disertar y exigir transparencia y honestidad a ningún salvadoreño.

Luis Cardenal no tiene actualmente un cargo de elección pública, pero como si lo tuviera, todos sabemos la importancia que la Presidencia de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) tiene en la agenda pública salvadoreña. Desde el sillón de la ANEP, Luis Cardenal da lecciones a los salvadoreños sobre la deuda, la ecuación fiscal, los presupuestos generales, la transparencia, y cualquier cosa relacionada a la eficiencia de los recursos financieros del país.

Luis Cardenal, presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP).

Luis Cardenal ha ido tan lejos en su cruzada contra el pueblo que ha interpuesto una demanda legal en la Sala de lo Constitucional porque, según él, el gobierno ha incurrido en un derroche institucional al aumentar el suelo mínimo de la clase pobre de $200 a $230 mensuales.

Mientras fungía como Ministro de Turismo (2004-2009), Luis Cardenal recibía $10,000 dólares mensuales de sueldo ilegal. Y ahora anda por ahí en los medios de sus amigos dando lecciones de transparencia y eficiencia pública.

No jueguen, hombre. Si quieren pedir cuentas claras al gobierno, háganlo, pero con gente apta para ello, no con ese tipo de gentuza que ha estado mamando de la teta pública durante tanto tiempo.

José Manuel Ortiz Benítez es columnista salvadoreño en la ciudad de Washington, DC. @jjmmortiz

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