En busca del sueño perdido

Luisa Fernanda Montero
Para La Red Hispana
 
 
Recientes estudios científicos  publicados en Nature Neuroscience – Neurociencia Natural – sugieren que los cambios cerebrales que vienen con el tiempo pueden interferir con la calidad del sueño y que el mal dormir, a la larga, limita la capacidad del cerebro para almacenar recuerdos.
Ya había sido revelado por los investigadores que con el tiempo la porción del cerebro que descansa detrás de la frente humana  o corteza prefrontal puede perder volumen, o hacerse más pequeña, en la medida que envejecemos.
Lo cierto es que muchas cosas se hacen pequeñas – o grandes – con el paso de los años; el asunto es que esta parte particular del cerebro contribuye a la calidad del sueño y la calidad del sueño, es decir el buen dormir, parece ser fundamental a la hora de poner a trabajar la memoria.
En resumidas cuentas, de acuerdo con los expertos, si queremos impedir que nuestra memoria decline con los años, lo mejor que podemos hacer es dormir como es debido.
Cada individuo tiene sus propias necesidades y costumbres, unos pueden satisfacerse con siete horas de sueño nocturno, mientras otros necesitan ocho y algunos tal vez solo seis, eso es relativo, pero lo importante es que durante las horas que  le dediquemos a Morfeo alcancemos un sueño realmente profundo y reparador.
Pero a veces conciliar sueños profundos y  tener noches reparadoras no es tan fácil, las preocupaciones y tensiones del diario vivir pueden dificultar seriamente el descanso nocturno, lo que puede afectarnos física, emocional y mentalmente.
Aunque a veces los problemas del suelo pueden estar ligadas a circunstancias psicológicas, físicas o del sistema nervioso, muchas veces la falta de sueño o la mala calidad del mismo se deben a ciertos hábitos que nos hacen más daño del que pensamos.
Antes de dormir es recomendable buscar un poco de calma, para inducir el cuerpo al descanso, la computadora y el televisor no son buenas compañías cuando queremos empezar a relajarnos para disfrutar del sueño. El lugar que elijamos para dormir debe ser agradable y tranquilo y estar bien ventilado.
El consejo de los expertos es relajar la musculatura lo mejor posible, haciendo ejercicios suaves de estiramiento de brazos y piernas como si estuviéramos desperezándonos, bostezar, alargar las manos y respirar profundamente.
Existen técnicas de relajación milenarias que pueden ayudarnos a dormir profundamente, dicen los que saben que la actividad física, el deporte y el ejercicio son  viejos amigos del buen dormir. Y lo que ya sabemos pero fácil olvidamos: es muy importante mantener una rutina del sueño, levantarse y acostarse a la misma hora todos los días.
Haga lo posible por dejar los problemas fuera de la habitación y si su problema con la almohada es realmente serio no dude en buscan ayuda profesional. El buen dormir no es solo un placer es una necesidad vital. Buenas noches.

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